Siempre Idol [Pripara]

Capítulo 38

Capítulo 38: Decisión Parte 2

Miraba con inquietud el pizarrón donde la maestra anotaba algunas tips para las chicas que participarían el prix, y el reloj que colgaba encima de la puerta mirando las manecillas moverse con lentitud, su pie estaba inquieto en su lugar esperando la hora de salir con impaciencia.

Unos segundos bastaron para rendirse y tirarse en su butaca, después se escuchó el timbre indicando que se acabó el horario de clases pero la peli-lila ni se inmutó aún permaneciendo en él misma pose; Shougo guardó sus cosas soltando un suspiro viendo a su amiga que no se inmutó ante el sonido, se levantó para estar frente a la chica inclinándose hacia al frente para que la chica lo escuchara.

—¿No tenías prisa? Ya se acabaron las clases—

Laala levantó la cabeza de golpe al escuchar tan mágicas palabras, pero por la rapidez y la fuerza golpeó la barbilla del rubio por lo que se volvió a encoger en su lugar solo que esta vez con ambas manos en la cabeza mientras se quejaba al igual que el Yumekawa que también se encogió sosteniendo el lugar golpeado, la chica tenía la cabeza dura.

—P-Perdón... Shougo...—

—N-No es na-nada, solo dime ¿cual es la prisa?—

Le pregunto enderezándose aún sobando su barbilla y con un ojo cerrado como si eso le ayudara a no pensar en el dolor, la chica levantó la mirada y ahora solo con una mano se sobaba la cabeza.

—Quiero ver a Nao, mi mejor amiga desde preescolar, se que participará en el prix y al parecer está en su casa por lo que pensaba ir a saludar—

—Mm... bueno, solo no olvides practicar un poco: mañana es el prix. Es mejor que practiques y duermas correctamente, ha, y no te quedes hasta tarde dijeron que hoy llovería por la tarde o la noche—

—Je je, lo tendré en cuenta, gracias—

Jugaba con sus manos cuando por fin estaba frente a la casa de los Ehime, solo se quedó unos momentos admirando la casa para después acercarse a tocar siendo recibida por el padre de Nao, un hombre mayor de cabello castaño perfectamente peinado con gel y ojos marrones, por la ropa que usaba se dio cuenta que seguramente estaba por salir a trabajar.

—Hola Mao-san, ¿está Nao en casa?—

Le sonrió esperando la afirmativa respuesta.

—Oh, Laala-chan, lo siento salió hace rato a practicar—

—Ya veo...—

Se estaba por despedir pero la madre de Nao salió a saludar igual y la invitó a pasar para que esperara a la menor del hogar, lo pensó un poco pero acepto, tal vez no tardaría en regresar por lo que se quedó hablando con la señora sobre el pasado cuando jugaban ella y Nao o cuando festejaban el cumpleaños juntas desde que se conocieron.