CAPÍTULO 1

91 11 16
                                    

CHOQUE DE ENCUENTRO


— Bien. ¿Quién puede hablarme sobre el mito de Leto?

— No otra vez, por favor.

JungKook gimoteo una queja, dejando caer su cabeza fuertemente contra el pupitre, el ruido sordo ocasionando una cadena de risas en sus compañeros. La señora Lee, profesora de Historia Grecolatina, volteó a verlo con el entrecejo fruncido.

— Señor, Jeon— dijo en un susurro venenoso, casi como el de una serpiente. — ¿Quiere ofrecerse como voluntario?

Su mejor amigo, NamJoon, quien estaba un banco detrás de él, bufó una risa burlona. JungKook no dudó en patearlo por debajo de la mesa.

— ¿Y bien, señor Jeon?

JungKook carraspeó mientras enderezaba su espalda. Le obsequió una sonrisa dulce a la señora Lee.

— Creo que mi compañero aquí será una mejor elección para responder en mi lugar. — Con un ademán, señaló a NamJoon. Luego, añadió: — Usted sabe, él es una especie de genio.

La sonrisa de NamJoon se borró en un santiamén. La profesora Lee dio una señal de aprobación, y fue el turno de JungKook para bufar.

— Voy a patearte luego de clases— le susurró Nam antes de dirigirse hacia la señorita Lee.

JungKook se desconectó. Desde que había empezado el semestre, Lee Ji Won se había empeñado en hacer alusión al mito de la pobre diosa Latona en cada una de las clases, y JungKook entendía que debía hacerlo, estaban en Historia Grecolatina después de todo. No obstante, el pelinegro se sentía en una atrapante pesadilla al tener que oírlo constantemente.

Ni siquiera la melodiosa y tranquila voz de su mejor amigo al relatarlo podía hacerle cambiar de opinión.

Ni siquiera el último recuerdo de mamá hará que quiera seguir escuchando esta absurda historia.

JungKook había crecido rodeado de estas historias, libros de todas las mitologías del mundo, rodeado de mitos y leyendas que buscaban explicar el origen de las cosas. Su madre, quien irónicamente era una profesora de Ciencias Lógicas y Exactas, le había contado de cada uno de estos relatos llenos de dioses y héroes, de batallas legendarias, de las maravillas que el amor y la esperanza podían lograr.

Durante su infancia y la primera parte de su adolescencia fue feliz, tuvo una vida algo rutinaria pero tranquila, no hubieron muchas personas más allá de su madre, su tío Ji Chul y sus amigos leales pero mierda que JungKook fue feliz.

Y entonces, antes de siquiera darse cuenta, su madre había muerto, su tío desaparecido y sus amistades se habían reducido a sólo dos personas.

Desde los quince, su vida se redujo a hogares de acogida temporales, saltando de casa en casa, sintiéndose solo e inseguro; mientras la policía de Seúl hacía lo mejor que podía para dar con el paradero de su tío.

Sin embargo, este jamás apareció. Fue como si la tierra lo hubiese tragado.

Finalmente, luego de dos años completos sintiéndose una paria total, los padres de NamJoon, benditos sean los Kim, lograron convertirse en sus tutores legales hasta que JungKook consiguiera su mayoría de edad, la cual se avecinaba contra todo pronóstico.

Incluso si su vida había dado un impactante giro estos últimos tres años, y aunque había cambiado mucho, tanto física como mental como emocionalmente, JungKook en cierta medida seguía siendo el mismo niño cuyos ojos brillaban entusiasmados al escuchar las historias de héroes enfrentándose a criaturas fantásticas.

Moon and Sun ♤ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora