Al sonar del timbre toda la clase salió rápido, temiendo que el maestro Linon nos diera otra interminable tarea que, él esperaría, esté completa al día siguiente.
- Ey Jeffrey, a los trece años era perdonable -Dijo Michael- pero ya tenemos quince.
- ¿Por qué no me despertaron?
- Lo intentamos - Aportó mi novia Clara- pero parecías estar en coma.
- Lo lamento, no he dormido bien últimamente.
- Esperen -Alertó Michael- hay viene...
- Rodrick - Completé la frase de mi amigo-
Entónces se nos comenzó a acercar el abusivo del aula y su grupo.
- Ha medida que se aproximaron, comencé a sentir algo que no creó haber sentido antes.
- Oye bella durmiente - Dijo refiriéndose a mí- casi haces que nos castiguen.
- No es cierto -Me defendió Michael- no nos habrían echo nada.
Pero un amigo de Rodrick lo calló de una cachetada que, por lo visto, dolió.
De repente la atención de Rodrick cayó en Clara y, sorpresivamente, la agarró fuertemente de los brazos.
- Oh Clara, ¿Cuándo dejarás a ésta pobre rata y vendrás con un hombre de verdad?
- ¡Oye suéltala ! -E impulsado por la sensación que ya había crecido lo empujé tan fuerte que lo senté en el suelo-
Pero respondió y, rápidamente se paró y me dió un puñetazo
- No te metas conmigo -Y terminó dándome una patada en el estómago y se fué con sus amigos-
- ¿Estás bien? -Me preguntaron los dos a la vez-
- Sí, estoy bien.
Fué extraño, no dolió tanto como es habitual, además la impresionante fuerza que me salió de la nada. No importa, esa rara sensación ya se fué.
- Ey Mike, ¿Puedes ir a mi casa luego para hacer la tarea?
- Claro, voy en la tarde, hasta luego.
- Adiós amor, nos vemos -Le dije a Clara besándola-.
***
Al llegar a mi casa saludé a mi madre afectivamente, le informé que mi amigo vendría en la tarde, comimos y me encerré en mi cuarto.
Me entretuve un rato con la computadora y jugando videojuegos. De repente miré el reloj, las seis en punto. "Mejor comienzo con la tarea para no atrasarme" -Pensé-.
Al sentir sonar el teléfono me fijé quien era, era Michael.
- Oye, he tenido que terminar solo la tarea, ¿Dónde estas?
- Lo siento Jeffrey.
- ¿Cuándo vienes?
- Eso quería decirte, no pude ir, tengo un par de problemas.
- Ok -suspire- no hay problema.
- Gracias y, perdón, nos vemos mañana.
- Hasta mañana.
De mala gana corté la llamada, estaba molesto, pero no mucho, se trataba de mi mejor amigo, simplemente no me puedo enojar con el.
Me dí cuenta que la sensación que tuve esa mañana volvió pero no le dí importancia, creí que se iría sola otra ves.
Comencé a guardar los libros y cuando miré el espejo que estaba frente a mi escritorio logré ver mi rostro pero éste estaba deformado, como si fuera una mala impresión. Éste parecía querer hablarme; pero del susto me caí de la silla; cuando me levanté volví a mirar, pero ya se había ido.
Estaba tan nervioso que de un salto me paré, bajé corriendo las escaleras tan rápido que casi empujo a mi mamá, que parecía querer decirme algo.
- Cuidado hijo.
- Lo siento.
- Acaban de llamarme por tu cartel de cadetería, dice que vive bastante lejos pero paga muy bien.
- Lo acepto -Dije casi sin pensarlo, no me importaba que tanto tuviera que conducir, solo quería irme de ahí un rato.-
Me dió la dirección y salí de ahí lo más rápido que pude.
***
Ya había conducido mucho esa noche, estaba regresando a casa por la carretera que, ciertamente, le faltaba iluminación. Lo único positivo fué la paga, pero aún permanezco nervioso,noté que la particular censación seguía intacta. De repente logré ver como se asomó la cara de aquella aterradora aparición que ví horas antes.
- ¿Qué quieres de mi? -Le pregunté de forma algo dudosa.-
- Que lo dejes salir -Susurró de forma medianamente siniestra.-
- ¿Quién eres?
- Soy tú mismo, Jeffrey.