-Ey papá, ¿Cuánto falta?, ya quiero llegar con mamá.
-Entiendo que a los seis años no desbordes de paciencia, pero espera un poco ¿Puedes?
-Si pones el CD de mi cumpleaños.
-Es un trato, campeón.
***
Al son de "El viejo McDonald", la atención de mi padre y mía cae sobre un hombre con pantalones de trabajo rasgados, un saco gris bastante sucio y zapatos avejentados. Su pelo era marrón, descuidado y medianamente largo, en cuanto a su barba, parecía descuidada de ya hacía varios días.
De repente, siento cómo el auto, va perdiendo velocidad a medida que nos acercamos a el.
-Oye papá, no pensaras subirlo, ¿Verdad?
-Jeffrey -Con tono de reproche- sabes que es un camino muy largo hasta la ciudad caminando, pero en auto solo son veinticinco minutos.
-Pero ni lo conocemos.
-Vamos, será rápido.
-De acuerdo.
***
Quince minutos después, mi padre estaba dispuesto a cortar el mítico silenció; pero el indigente se adelantó sacando un cuchillo de carnicero.
-Escúchame desgraciado, necesito $6500 en efectivo.
-Espera, no tengo esa suma pero te daré el aut...
-¡No!
Y en un movimiento salto al asiento trasero; sentí como el filo de el cuchillo reposaba en mi garganta. Al tratar de verle la cara, noté algo que, aunque imposible de olvidar, fácil de archivar como recuerdo inútil. Noté sus ojos particularmente llenos de rabia y sed de sangre.
-O me dás el efectivo o me cobro la vida del crío.
Al escuchar ésto, mi padre se abalanza desde el asiento del conductor hasta nuestro agresor gritándome saltar del auto.
Logré cumplir con su voluntad y brinqué del vehículo que seguía en movimiento.
Al caer en el pavimento casi no me hice ningún daño, pero veo, dos segundos después, cómo el auto choca con un poste y, mi padre y el agresor salen despedidos, pero; no tengo ángulo para ver qué sucede. Entónces, me voy corriendo hacia donde están, pero, con la debida distancia ya que mi curiosidad no logra ser tan fuerte como mi miedo.
Al llegar a un punto más favorable logré ver al agresor degollando e insertando ese infernal cuchillo en el pecho y torso de mi padre. Sentí como comenzó a detenerse mientras volteaba hacia mi, note otra vez sus ojos; pero ahora llenos de placer y excitación. Dejó de apuñalar a mi padre y, con ese cuchillo , se paró y comenzó a caminar hacia mi. Quería salir corriendo pero el miedo era tan grande que me paralizó.
El indigente estaba a menos de dos metros de mí cuando, de la nada, sale un auto con las luces bajas y a una velocidad de, más o menos, noventa kilómetros por hora, arrolla al agresor y lo empuja cuatro metros, destruyendole el cráneo y su cuello; dejándolo sin vida. No sé si será raro pero me dió cierta satisfacción verlo muerto. Esto me rompió el miedo paralizante por lo cuál salgo corriendo hasta donde yacía mi padre.
-Por favor papá no te vayas, llegaremos con mamá y comeremos una sabrosa tarta, de la que te gusta, por favor aguanta un poco...
Pero fue inútil, mi padre estaba muerto, ese indigente lo mató y disfrutó al hacerlo.
- ¡Woods!
-¿Qué es eso?
- ¡ Sr. Woods !
- ¿Quién repetía nuestro apellido?
***
De repente, despierto en el salón de la escuela.
-¿Qué sucede? Murmuré
- Escúchame Woods, sí la clase no le resulta lo suficientemente interesante como para permanecer despierto, lo invito a retirarse hasta la dirección.
- No Sr. Linon, perdón no pasara de nuevo.
-Debería castigarlo, ¿Sabe?
... ¡ RIN ! ...
-Se vé que hoy, la suerte está de su lado.
-Hasta mañana.