12. Siempre.

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Maratón 3/3

Puedo oír a los pájaros cantar como todas las mañanas así sé que ya es de día.

Volteo aun sin abrir los ojos y me abrazo al cuerpo de Jungkook.

Puedo deducir que ya está vestido al sentir una... ¿Blusa? No le doy demasiada importancia y mi mano sigue recorriendo su torso.

Mi mano toca algo así como un brasier...

- Lisa, deja de tocar mis pechos.

Al instante reconozco la voz de Rose y abro mis ojos rápidamente al igual que quito mis manos de allí.

- ¿Tú? - pregunto confundida. - ¿Qué haces aquí?

Deben ser las ocho de la mañana.

- Oh, no sabía que debía tener invitación para visitarte. - hace una pausa. - Zorra.

- No es eso...- digo con voz ronca. - Es sólo que iba a hacer cosas indebidas, estúpida.

- Ya me imagino que cosas. - dice riendo.

Cierro mis ojos nuevamente y me acuesto boca abajo.

- ¿Ya se despertó?

- Ya conoces la historia. - le responde Rose. - La bella durmiente sólo despierta con un beso de amor verdadero... - canturrea divertida.

Intentó seguirle el juego a mi amiga y volteo quedando boca arriba. Fingiendo estar dormida, aún.

- ¿Está durmiendo de verdad? - pregunta Jungkook.

- No Jungkook, está fingiendo para que la beses.

Quiero reírme pero me abstengo a hacerlo.

Siento su perfume a centímetros de mi rostro y allí se que en verdad creyó que estoy dormida. Sus labios rozan los míos y luego van hasta mi cuello para finalmente posarse en mí... ¿Oreja?

- ¡Jungkook! - exclamo molesta por lo que acaba de hacer.

Él muy maldito acaba de soplar en mi oído provocándome cosquillas. Sabe que detesto que me hagan eso y más siendo él.

Creí que me besaría.

- Tú nunca duermes boca arriba, ni de chiste. - sonríe y besa mi frente.

Me levanto de la cama enseñándole mi lengua.

- Ustedes dos son tan tiernos. - dice Rose enternecida.

- Ayúdame a vestirme. - le digo tirando de su mano.

Ambas vamos a mi vestidor donde ella comienza a buscar entre los cajones y... por toda la habitación desordenando toda la ropa.

No se si reír o rodar mis ojos.

El apartamento es bastante grande. No por las habitaciones sino por la latitud de estas y por alguna extraña razón la única habitación en la que Rose siempre, pero siempre desordena todo, es mi vestidor.

- Arreglaras esto luego, ¿verdad? - pregunto sabiendo la respuesta a esto.

- Ajá. - muerdo mis labios. - Toma esto.

Me pasa un vestido azul. Es uno de mis favoritos porque es ajustado hasta la cintura y luego es suelto. Me siento muy cómoda con él.

- Recuerda que luego iremos con Jennie. - me empuja fuera
de la habitación. - Anda, vístete que todavía tienes que desayunar.

- Si, mamá.

Voy al baño donde me coloco la ropa que mi amiga eligió para mí. Preguntándome ¿Por qué debería ir a cambiarme en el baño si podía hacerlo allí mismo? Ignoro eso. Sé que si le pregunto eso Caroline me responderá: Porque sí.

Mi estúpido novio. #MEN2 •Lizkook• En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora