UN ROMANCE MÁS EN VENECIA

Capitulo 2 : Culpa

Me quede callada para contemplar que no existía parecido entre la chica y el cuadro... Era una copia hiperealista de la dama que tenía delante.

-Guau ,¿En serio que no nos conocemos?-dijo ella, contemplando el cuadro con entusiasmo.

-Lo siento la mío signorina, no tengo el honor- dije bajando un poco la cabeza.

-El honor ahora es mío- dijo la dama de mi cuadro -Mi nombre es Alina Lepore ¿Podría conocer el nombre de mi pintor?- dijo con una sonrisa risueña.

-No tendría que desvelar su nombre a cualquiera...- le aconsejé.

-Tu no eres cualquiera- dijo acercándose a mi -Tu eres mi pintor- dijo pasando su mano por mi hombro con una delicadeza impresionante, era la primera vez que recibía los coqueteos de una mujer por lo que naturalmente estaba nerviosa.

-¿Su...su pintor?- dije concentrándome en sus ojos color zafiro.

-Mi padre es el dueño de la exposición y yo decido quien es el ganador- miró al cuadro imitando la pose -y por ahora tu vas el primero mi querido...- miro la firma del cuadro -¿M.A?- la firma con la que finalizo mis obras suelen ser supervisado por Manuel, además todo lo que sé se lo debo a el, por eso firmo M.A (Manuel y Alba).

-En realidad es Alb...- me quede callada al casi cagarla -Álvaro- dije con una sonrisa de excusa, tenía que pensar en algo que me aleje de mi nombre -Mario Álvaro Zotti- dije otra vez maldiciendo el nombramiento de mi verdadero apellido.
-Da...- dijo alzando la ceja.

-Florencia -respondí sin pensar al mirar sus labios.

-De Florencia ¿he?- dijo sonriendo -Mario Álvaro Zotti da florenza, ¿si?-dijo metiendo un minisaltito como sí fuese una niña pequeña.

-Así es señorita- dije intentando memorizar el nombre que me acababa de inventar.

-Vamos "Al" invítame a un baile- dijo agarrándome de la mano, me sacó a la pista de baile y puso mi brazo detrás de su cintura, ella estaba mirándome a los ojos durante todo el baile (que me sabía porque Manuel me enseño la parte de la mujer) el ambiente era mágico, una luz parecía bañar en oro todo, el mármol le daba toques de blancura al suelo que pisábamos, los pasos se sincronizaron y parecía que todos bailaban a nuestro compás pero a contracorriente, la hacia girar y ella me lo agradecía con una sonrisa, cuando terminamos el baile todos nos aplaudieron -Madre mía ¿Donde aprendiste este baile?, es exclusivo de la nobleza- dijo un poco exhausta, la verdad es que Manuel me enseño muchos bailes y no me dijo la procedencia de ninguno.

-Digamos que mi maestro vivió mucho...-dije resistiéndome a no mirar la gota de sudor que se escurría desde su cuello al escote.

-¿Tienes hambre?, tenemos pescado del mar Adriático, aquí lo más típico son las gambas, calamares, cangrejos de Murano o las sardinas ,Carpaccio con queso parmesano, Hígado a la veneciana y Arroz a la "Pescatora" pero lo que más me gusta es el "Mandolato": turrón crujiente con almendra -dijo orgullosa al mostrarme la mesa.

-Veo que eres la que preparas el banquete- dije antes de coger una copa con algo rosa dentro -cogeré uno de estos.

-Eso es un"Gelato" (helado): hay muchos sabores típicos de la zona del Véneto,el tuyo es de fresa y este- cogió otro amarillo -es de piña,sígueme- y se dirigió al patio pero antes de que se terminará de pasar la mesa cogió un "Mandolato" sin pararse, en ese momento pensé "esta chica es demasiado enérgica" pero igualmente la seguí a pesar de jugármela a poder ser descubierta.

Al salir al patio me di cuenta que ya era completamente de noche, el jardín estaba lleno de árboles en fila y fuentes, blancos y azules como el hielo, la luna era la única luz que iluminaba para crear este ambiente y me dejaba ver claramente el lugar, perdí de vista a Alina que se metió en el laberinto de arbustos, Manuel me aviso de que el mejor sitió para hacer desaparecer a alguien era en los laberintos de arbusto m, como no.
La seguí y empece a buscar en aquel laberinto, me sentía como si fuese una niña buscando desesperadamente a una amiga, escuche unas voces y les seguí esperando encontrar a Alina murmurando algo pero me encontré con dos hombres sin máscara hablando, retrocedí y me quede mirando agachada desde la esquina como me enseño Manuel porque sí te pillan tardarían unos segundos más en hallar tu ubicación exacta, pero no estaba intentando espiar a nadie así que me puse de pie y me dispuse a irme.