III.

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Un nuevo amanecer en aquel pueblo se hacía presente.

El cantar de los gallos y el sol apenas comenzando a salir, lo hicieron despertar.

Taeyong supo que ya era hora de levantarse de la cama, pues debía ir a buscar algo para el desayuno.

¿Cómo habrá pasado la noche su invitado? Probablemente era la primera vez en mucho tiempo que dormía bajo un techo, en el calor de un hogar y eso le reconfortaba; había hecho una buena acción, cosa que siempre  disfrutaba.

Al salir de su habitación, pudo ver que el hombre con el que se encontró el día anterior ya se había despertado, así como también, ya se iba.

—¡Oiga espere!— John se detuvo. —¿Se irá así como así? ¿A dónde se supone que irá ahora?—

—Primero que nada, buenos días— Exclamó y aclaró su garganta. —No es como que sea importante a dónde vaya, después de todo ya me acostumbré a ir vagando a la deriva—

—Pero no debería de estar usted solo por ahí... Le podría pasar algo malo...—

—Ay por favor, no es como que alguien esté interesado en hacerle daño a alguien como yo- —

—Quédese— Le pidió Taeyong con su suave voz, a lo que John simplemente no podía negarse, aunque tratase de dar a entender lo contrario. —Por favor—

—... ¿Cómo es que eres tan dócil para preocuparte por lo que pueda pasarle a un extraño?—

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Los días pasaron; estos se convirtieron en semanas y John ya se había convertido en un miembro más de la familia Lee.

Jeno y Mark lo adoraban, tanto que siempre querían jugar con el y ahora le llamaban "Johnny". SoonKyu y ChaeRin igual lo querían mucho.

Mientras que Taeyong... Durante el tiempo que había transcurrido, pudieron conocerse algo mejor y comenzaba a crecer un extraño sentimiento en su interior por el misterioso forastero. ¿Acaso se había enamorado de el?

Lo que si era estaba más que claro era que John si estaba enamorado de Taeyong. Simplemente el que alguien fuese tan atento y dulce con el, volvió blando su corazón de piedra.

Aquella tarde, la señora Lee planeaba hacerle a su familia una tarta de frutos rojos, por lo que decidió enviar a John y a Taeyong a recoger los frutos. Jeno y Mark los acompañarían, iban a aprovechar que los mayores recogerían la fruta para jugar en los pastizales.

...

Con canasta en mano, Taeyong recogía algunas fresas, mientras que John aprovechó su altura para bajar manzanas de un árbol.

Los pequeños Lee jugaban cerca de ahí, y de pronto llegó un grupo de chicos un tanto mayores que ellos. Estos tipos de encargarían de fastidiar a Mark y Jeno, finalmente haciendo llorar a este último.

Taeyong muy molesto, dejó la canasta e iría a defender al pequeño Jeno, pero John lo detuvo.

—Yo me encargo— Dijo sin más.

—Johnny, esos niños nos están molestando— Señaló Jeno mientras sollozaba, a lo cual John volteó muy molesto a verlos.

—¿Por qué no se meten con alguien de su tamaño? Es la última vez que se meten con ellos, ¿me escucharon?— Su voz y postura imponían respeto y sin duda cualquiera podría sentirse intimidado.

—¿Y quién nos lo va a impedir? ¿Tu?— Respondió uno de ellos de forma muy burlona.

John los miró fijamente mientras estos se burlaban y de repente se quedaron en total silencio. Se les dibujó una expresión de terror en el rostro y salieron huyendo despavoridos, como si hubieran visto al mismísimo diablo.

Taeyong estaba sorprendido de lo que acababa de pasar, pero Jeno y Mark estaban más que felices.

—¿Qué les hiciste?— Preguntó Taeyong aún impactado.

—Nada, solo me les quedé mirando— Se encogió de hombros. —Gallinas— Se soltó a reír.

Ya las canastas estaban llenas, habían terminado de recoger la fruta, por lo que era hora de volver a casa y esperar que estuviera lista la tarta.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2021 ⏰

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Pobre Diablo || JOHNYONG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora