Flechado

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Capítulo 1

Petalos rojos

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"Un rosa roja es la promesa de un amor eterno"

Y de la nada llegaron a una isla que los recibía con una lluvia inusual, el cielo se tiñó de rojo mientras el suelo del Sunny se llenaba de pétalos. Estos caían en una danza girando varias veces sobre sí hasta terminar marcando territorio por la cubierta y lo que hubiese en su paso, también perfumando el ambiente.

—Precioso.

Fue el comentario que dio la arqueóloga estirando sus manos.

—¿De donde salen?— preguntó Nami, la navegante.

—Sería mejor ir a investigar.

—Aja, no nos queda opción más que hacerlo, después de todo—la navegante dejo de hablar y volteó a ver a sus nakamas, su expresión cambió dejando una triste sombra debajo de sus ojos—. Sanji y Zoro no han despertado desde que la lluvia comenzó.

Chopper, el médico a bordo, había recostado ambos cuerpos sobre el pasto mientras eran cubiertos por los pétalos rojos, rojos como la sangre. Él no tenía ni la mas minima idea de lo que ocurría, se sentía terrible como el médico de la tripulación porque no fue capaz de detectar lo que indujo a esos dos a caer tan de repente, tampoco sabía lo que paso antes de que cayeran ya que cuando el primer pétalo cayó hace dos horas atrás, el joven espadachín y el cocinero ya estaban en un sueño profundo.

—¿Que estaban haciendo antes de esto, Zoro, Sanji?— susurró el renito.

El capitán estuvo todo el rato callado que ni siquiera festejó el ver una nueva isla. Después de todo sentía que habían cortado sus alas, aquellos de los que dependía cuando todo se tornaba feo.

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Pasaron cuatro horas. Zoro y Sanji no despertaban, Chopper los puso en una cama a cada uno e iba revisando constantemente el estado de ambos. Usopp lo asistió en todo lo posible, llevando y trayendo toallas, cargando café o algún aperitivo. Luffy jamás se movió de la puerta, sentado de brazos cruzado, la cabeza apoyada en la pared y su sombrero cubriendo su rostro.

Las horas pasaban el sol se escondía, Nami y Robin, que habían ido a buscar información en la isla, volvieron.

Todos los tripulantes se reunieron en la cocina y las chicas sin detenerse empezaron a relatar:

—Hemos descubierto lo paso con ellos...

—Eros— soltó Robin y todos la miraron confundidos— ha bendecido esta isla del desamor.

—¿Qué?

—Explicate Robin, esto no tiene sentido de ninguna manera.

—Mm, es complicado— comentó Nami—. Nosotras apenas lo entendimos.

—No se preocupen, Sanji y Zoro despertaran pronto— dijo Robin, y todos saltaron de alegría—, pero... no de la misma manera, debemos estar preparados a lo que venga.

—Vaya isla a la que vinimos a meternos—suspiró Nami—. Alguno de ustedes sabe quién es cupido ¿verdad?

—Yohohoho, claro que si Nami-san

—Bien. Empecemos desde ahí, cupido tiene un arco de oro y flechas, existen dos tipos de flechas: una con la punta de oro que concede el amor y la otra con punta de plomo para sembrar el olvido.

—¿Que tiene ver eso con Zoro y sanji?— preguntó Luffy cruzado de brazos y ladeando la cabeza hacia un costado con los labios apretados.

—Creemos que entre Zoro y Sanji hay algo más que nakamas o peleas.

—¡¿EH?!—preguntaron todos con distintas expresiones, algunos entendían en cambio otros no.

—¿Que dices Nami? ¿Que puede haber entre ellos además de que sean mis nakamas? ¡Ellos son nakamas!

La navegante, harta de su estúpido capitán, lo golpeó para callarlo. Él simplemente no entendía, mas bien entendió cualquier cosa menos el punto inicial.

—¿Ellos salían a nuestras espaldas?— preguntó Franky.

—¿Salir a dónde?— con ternura e inocencia Chopper miró al francotirador.

El segundo suspiro escapó de los delgados labios de la pelinaranja.

—No creo que ellos tuvieran una relación en secreto. De eso estoy mas que segura, lo que puedo decir con claridad es que uno de ellos está enamorado del otro, por eso fueron los únicos en caer dormidos. Dentro de la tripulación no hay amor solo amistad, puedo decir eso después de ver los resultados. Si aquí había mas amores habría otra tanda en cama.

—¿Enamorados?— preguntó Luffy

—¿Zoro?

—¿Sanji?

—Yohohoho

—Super impredecible

—Haremos un gran banquete en la boda.

Otro golpe para el capitán

—No te adelantes.

—Ah, no puedo pensar mas, esto es muy complicado.

—Pero ellos despertaran, esas son buenas noticias. Me sentí culpable por no poder ayudarles, una vez que despierten me asegurare de chequearlos a fondo.

—Contamos contigo, doctor.

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Ha pasado tiempo y tenía ganas de escribir algo corto de estos dos, dure poco o mucho, simplemente quiero sentirlos otra vez a este duo. Ultimamente ando re obsecionada con estos dos.