Flechado

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Capítulo 3
Diez segundos

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Se escuchaba barullos por toda la cocina, muchas interrogantes sobre Sanji y su reciente olvido hacía el amor que tenía por Zoro.

Nami y Sanji habían llegado antes de lo esperado y hubo un largo silencio, algo incomodo por cierto.
Nami trató de preguntar que sucedía pero no recibió respuestas. Todos empezaron a realizar sus actividades, Usopp arrastró a Luffy antes de que abriera la boca y fueron a pescar algo para la cena.
Chopper fue a ver a Zoro una vez más y comprobó sus signos vitales, no había nada fuera de lo normal, hasta parecía mejorar, tenía mejor color, ya su cuerpo respondía con algunos movimientos, el renito calculó que en unas horas o un día despertaría y eso lo alivió, quería quedarse a verlo un poco mas pero Robin le había dicho que partirían rumbo a la isla a las cuatro de la tarde y palabras que se prometian se cumplia. Así que tapó a Zoro y salió por la cocina encontrando a un alegre Sanji cocinando un par de viandas para que lleve el siguiente grupo que salía a explorar la isla.

-Chopper- dijo alegre el cocinero-, preparé unos buenos aperitivos, agregue postre para ti.

-¿Algodon de azucar?- preguntó entusiasmado.

Sanji sonrió, le dio las viandas con la comida y finalmente respondió;
-Si, algodón de azucar.

A Chopper le brillaron los ojos, agarró su vianda y agradeció a Sanji, realmente adoraba cuando el rubio lo mimaba, le hacía pensar que Sanji se merecía lo mejor y siempre lo mejor, mas allá de que a veces sea un pervertido, y sentía que la persona que el rubio escogiera debía tratarlo bien. Entonces, ¿por qué Sanji escogió a Zoro?
Siempre andaban peleando, aunque Chopper entendía muchas cosas que quizas el resto no. Entendía que Zoro cuidaría a Sanji como la reliquia mas preciosa del mundo, pero Zoro no amaba a Sanji de esa manera sino como nakama. Entendía que Sanji no se enamoró solo porque sí del espadachín y lo olfateó desde el primer momento. Realmente le dolía a Chopper pero estaba feliz de que Sanji allá olvidado su amor por Zoro, porque ese amor estaba destinado al fracaso, eso es lo que olfateó su naricita azul.
Sanji merecía una mejor oportunidad.
Con eso en mente se marchó a la isla con Robin.

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Zoro se retorcía en la cama, transpiraba y escenas en sus sueños comenzaron a aparecer. Así como llantos, las lagrimas mas saladas, tristes y dolorosas que podía ver. Aquellas que mojaban a una persona la cual no merecía ni la mitad de los lamentos. El espadachín quería secar esas lagrimas pero no se le tenía permitido acercarse, no debía ni podía tocar a aquel bello hombre de pelo rubio y ceja agraciada.

Realmente prohibido.

Demasiado doloroso para hacerlo.

Y tambien para NO hacerlo.

Algo dentro de él le quemaba. Se lo merecía, le decía su inconsciente que era lo único consciente.

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Robin observaba la isla mientras estaba sentada en una banca.
La isla tenía pinta de paraiso, bastante antigua con casas altas revestidas de piedras blancas. Chopper abrió su vianda y comió algunod sanguches, Robin todavía no tenía hambre así que solo miraba a que lugares se podía dirigir, las tiendas tenían buen aspecto, eran fuente de información pero no fue necesario ir a tiendas ya que un hombre se les acercó.