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Cuando el lobo atrapó a su gato; 05







Cuando el lobo atrapó a su gato; 05

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Al principio el felino trato de liberarse de los brazos de hierro que lo envolvían, lástima que la boca que lamia y mordisqueaba sus labios fuera lo que termino por seducirlo. Era su primer beso y lo estaba disfrutando a lo grande. Abriendo para dejar salir un gemido le dio entrada a la lengua que tentaba con cada pasada, llamando a todos los instintos que los dioses habían guardado dentro de él.

Lucas tomo el peso de TaeYong, ya que las piernas se negaban a sostenerlo en pie. Todo su ser temblaba al sentir las ansias del lobo que invadían su boca, las manos grandes que recorrían su espalda hasta situarse en los globos de su trasero, apretándolo.

— ¡Mío! — gruño el lobo desde lo profundo del su ser, exigiendo lo que estaba seguro le pertenecía.

—No sabes... lo que estás... haciendo— logro hablar entre gemidos cuando la boca del lobo comenzó a mordisquear su cuello.

—Te deseo, ahora— ladro Lucas, recostando el cuerpo tembloroso de TaeYong sobre un lecho de hojas secas.

En respuesta el chico más pequeño abrió las piernas para que Lucas se acomodara mejor entre ellas. Las bocas ansiosas se buscaron una a la otra. El felino dentro de TaeYong se entrego a la supremacía del macho que lo dominaba con caricias duras. No lo hubiera deseado de otra manera. La piel desnuda contra piel desnuda era algo delicioso de sentir.

—¡Ah! — grito el felino cuando el lobo le dio un ligero mordisquito en el hombro, como comprobando si sabía tan bueno como se veía. Una risita nerviosa escapo de TaeYong, ese pulgoso era realmente travieso, aún en esas calientes circunstancias.

—Eres tan malditamente hermoso— susurro Lucas mientras mordisqueaba un pezón sonrosado que se le ofrecía en sacrificio — Te deseo tanto...

TaeYong sabía que debía detener aquello. Qué el lobo se lo iba a devorar sin contemplaciones. Se había enamorado, de eso estaba seguro, tan seguro como que la lengua de Lucas era tibia y muy erótica, como nada podía serlo en el mundo. El chuco había cazado para que él se alimentara, le proveyó ropa cuando pasaba frío, para su gato, eso lo clasificaba como un buen proveedor. Solo le faltaba comprobar que tan bueno era en lo del apareamiento y ya estaba. La parte humana de TaeYong trataba de controlar los instintos, pero quién podía cuando la luna estaba solo a horas de distancia.

Un ronroneo juguetón salió del pecho de TaeYong por mucho que intento acallarlo. La lengua de Lucas había dejado de torturar sus pezones y ahora bajaba despacio, muy despacio por su vientre plano. El lobo libidinoso lo sostenía por las caderas dejando claro quién estaba al mando de ese encuentro íntimo. Si alguien le hubiera dicho a TaeYong que iba a disfrutar tanto de que un lobo mandón lo dominara, se reiría en su cara justo después de arrancarle la piel con sus garras.

Cuando el lobo atrapó a su gato: LuTae; LuYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora