La familia Tomlinson era intimidante en cada aspecto. No solo por su gran riqueza, poder e influencia, Cada integrante de la sociedad mágica inglesa los conocía, pero si alguien externo a este círculo los viera, tampoco osaría acercarse a ellos. Sus rostros eran inexpresivos, serios, fríos, carentes de vida, su mirada altiva y distante, se movían con la cabeza levantada, siempre mirando a todos por encima del hombro, con una postura aristocrática perfectamente estudiada, caminaban como si creyeran ser los amos de todo, y lo eran. La gente mantenía sus distancias ante tal gélida actitud, aun así, no podían dejar de sentirse atraídos a ellos, y es que los Tomlinson podían parecer petulantes, pero era extremadamente bellos. Su encanto era brillante y todos quedaban atrapados, nadie podía apartar su mirada una vez posaban sus ojos en ellos.
Por ese motivo, no les suponía ningún problema moverse entre grandes masas de gente como en la que se encontraban en Kings Cross. Los muggles, nerviosos y ajetreados esperando subir a su tren, paraban sus tareas solo para observarlos pasar por su lado. Sin entender él porque de esa atracción, todos posaban su mirada en la pequeña familia de cuatro, el padre, un hombre imponente, a pesar de su no muy alta estatura, vestido con un traje negro impoluto, lideraba la marcha al lado de su esposa, una hermosa mujer con ojos de hielo. Detrás suyo un joven de dieciséis años iba cogido del brazo de una pequeña niña rubia, los dos sin siquiera notar las decenas de miradas encima de ellos seguían a sus padres entre la multitud, y de un momento a otro desaparecieron a través de un muro. Confundidos, los muggles reprendían sus acciones sin recordar que los había llevado a observar fijamente una pared de ladrillo, aparentemente, sin nada especial.
Al otro lado de la tapia, y en realidad a varios kilómetros de distancia, aparecía un escenario inimaginable para los que habían dejado atrás en la estación londinense. Un mar de personas con atuendos estrambóticos, objetos levitando y sombreros de punta inundaban el andén 9 ¾, donde un tren escarlata aguardaba a que los alumnos subieran para empezar su recorrido hacia Escocia.
Los niños abrazaban a sus padres y corrían para montar el tren a reencontrase con sus amigos. Algunos padres consolaban a los más pequeños prometiéndoles que para final de curso no querían volver a casa de lo bien que lo pasarían. Entre deseos de buen viaje y promesas de escribir todos los días se encontraban los Tomlinson, observando las escenas de despedida en un rincón, sin mezclarse con el resto del gentío.
- Portaos bien – fue la primera palabra que salió de la boca del padre des de que se adentraron en la estación. - Estudiad mucho y haced que ser un Tomlinson sea un orgullo.
- Pasadlo bien también – intervino la madre con voz cálida, intentando sacar presión de sobre los hombros de sus hijos.
Seguidamente compartieron una despedida poco efusiva, apenas un pequeño abrazo, su expresión seguía intacta, sin rastro de emoción. Cualquier persona ajena pensaría que no existía amor en aquella familia.
Después de una última mirada cargada de sentimientos incomunicables, los dos hermanos se dirigieron hacia la entrada más cercana del tren, cada uno con su baúl detrás suyo. Louis ayudó a su hermana a subir su equipaje con un sencillo Wingardium Leviosa, y cuando se propuso seguir a la pequeña dentro el vehículo, sintió una mano posarse en su hombro, se giró para encontrarse con el rostro de su madre con el ceño fruncido, y una mirada preocupada mal disimulada. La señora Tomlinson se acercó al oído de su hijo para susurrar un "cuida de ella, por favor", para seguidamente alejarse y ver a Louis asentir levemente con la cabeza. Y sin más que añadir se adentró al vagón para seguir a su hermana a través del pasillo.
Lottie se encontraba de pie en medio del pasillo con sus pequeñas manos en su espalda y con una postura visiblemente incomoda. Delante de ella se encontraba un chico mayor que ella que Louis bien conocía.
- Liam – dijo Louis al llegar donde se encontraban posando una mano protectora en el hombro de su hermana. – Tiempo sin verte.
- Louis...
- ¿Cómo has pasado el verano? – le cortó Louis.
- Eres un capullo, ¿lo sabías? – acabó Liam.
- Me lo recuerdas a menudo, pero sigo sin considerar que eso sea de tu incumbencia. – respondió con una pequeña sonrisa forzada. – Esta es Charlotte, mi hermana menor.
Liam lo miró con incredulidad pintada por todo su rostro. – Joder Louis, ya se que es tu hermana, me la presentaste en primero.
Louis no contestó al chico que seguía barrando el paso por el pasillo, y sin dirigirle una segunda mirada, se adentró al compartimento más cercano que, sorprendentemente, seguía vacío. Prosiguió a colocar bien los baúles con los atentos ojos de su hermana y Liam encima, cuando acabó con la tarea los miró, y sin decir nada les hizo una seña con la mano para que entraran.
Los dos se adentraron sentándose frente a frente al lado de la ventana. Sin mirarlos, Louis cerró la puerta dejando escapar un suspiro y se giró para ver a sus acompañantes. Un silencio sepulcral inundaba el lugar, y la incomodidad bañaba el rostro de sus ocupantes.
-Louis, creía que ya lo habías superado, todos los años haces lo mismo -dijo Liam, siendo el primero en abrir la boca. Louis se sentó al lado de su hermana sin responder a su compañero, cruzó las piernas y esperó a que continuara. – ¡Somos amigos! ¡No hay necesidad de ser tan distante conmigo después del verano, ni de no responder a ninguna de mis cartas! – acabó casi gritando.
- Llevo todo el verano sin ver a nadie que no forme parte de mi familia, – contestó Louis calmadamente- debes entender que no es fácil acostumbrarme nuevamente a esta clase de interacción.
-Mira tío, entiendo que no puedas hacer nada contra las tradiciones raras de tu familia – Lottie le dirigió una mirada severa ante estas palabras- créeme, mi familia también tiene costumbres peculiares, todas las antiguas familias tienen, ¡pero eso no es excusa para no enviarme ni una sola mísera carta en tres meses!
- Bien... Siento no haber respondido a tus cartas- dijo el chico deseando que así la discusión acabara.
Liam suspiró resignado, sabía que la disculpa era sincera, pero eso no significaba que no volvería a pasar.
-Entonces, ¿preparada por tu primer año Tomlinson junior? – dijo Liam desviando su atención a la pequeña, supuso que cambiar de tema era la mejor opción. – Espero verte en Slytherin.
Lottie lo vio fríamente para después buscar la aprobación de su hermano con la mirada, Louis asintió levemente dándole animo para empezar a hablar.
-No creo que mi lugar esté con las serpientes.
Ante estas palabras Liam dejo escapar una estruendosa carcajada – Si lo dices con esta voz monótona y cara inexpresiva me cuesta creerlo – respondió entre risas – Se nota que sois familia. No te recordaba así, pequeña.
Liam era el heredero de los Payne, una familia bien posicionada en la sociedad, proveniente de una larga estripe de sangres pura. Por ese motivo Louis se había acercado a el en primer año, no es que él fuese un supremacista de sangres pura, pero creyó que si su secreto salía a la luz alguien que lo único que conoce es el mundo mágico podría entenderlo mejor.
Cuando Liam volvió a casa el verano del primer año, le contó a su madre que se juntaba con el primogénito de los Tomlinson, la señora Payne, no pudo resistir aprovechar esa amistad para hacer una visita a su mansión y satisfacer la curiosidad de saber más sobre esa extraña familia, aunque si le preguntabas, la visita solo fue para asegurar que su único hijo estaba en buenas manos. A los Tomlinson no les gustó que irrumpieran en su propiedad, más sin avisar, aunque al final Liam les cayó en gracia y acabaron por aprobar su amistad. De este modo Liam acabó conociendo a toda su familia, pero después de esa vez no los había vuelto a ver en ninguna otra ocasión.
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You Make Me Strong (Larry Stylinson / Hogwarts "Harry Potter")
Fanfic(AU Hogwarts) Louis cree estar maldito con un poder destructivo, cree que debe esconderlo, cree estar condenado a sufrir y reprimirlo. Harry entiende la belleza oculta en ese poder. "- No lo trates como una fuerza externa- susurra Harry acariciando...