Pequeña Mierda HARCO

Día 12

Eran las 8 a.m. y la puerta fue golpeada con suavidad, aquello era extraño, Al siempre usaba su trasladador, se levantó con intriga y abrió la puerta, allí en medio de Al y James estaba Charlie sonriéndole descaradamente

- Al...-

- Mi madre nos dio permiso de ir a una feria y le pidió al tío Charlie que nos llevara, y mi padre dijo que yo podía invitar a quien quisiera, quiero que venga con nosotros - la cara de Severus era tan dulce y esperanzada que solo pudo suspirar derrotado, tomó su abrigo, sus llaves y dejó una nota para Blaise

En cuanto puso un pie fuera Al tomó su mano fuerte y cálidamente, Al era un Slytherin que sabía la privilegiada posición en la que se encontraba frente al rubio, quien lo tomó en brazos para evitarle el cansancio, Draco observaba con cariño los rasgos gráciles de Al, sus pequeñas pecas, su cabello de nube y sus ojos especiales, profundos y un tanto más oscuros que los de su padre, eso lo hacía singular

- Compraremos muchas golosinas - le dijo al oído mientras el niño lo abrazaba por los hombros fuertemente

- No puedes simplemente ignorarnos - Charlie interrumpió

- No los ignoro, Al es mi prioridad - le respondió un tanto brusco

- De todos modos puede conocer a James - el niño lo observaba, era muy diferente a Al, su cabello era liso y negro con un tono rojizo solo visible a la luz del sol, sus rasgos eran más afilados, sus ojos eran exactamente los de Potter con un destello en azul, era más alto que Al y con músculos proporcionales a ello, sus pecas eran más marcadas, y su barbilla era fuerte, podía ver el atractivo joven en quien se convertiría, pero no por ello tenía el derecho de ser más valorado ante los ojos de su madre, ellos debían ser amados por igual por Ginevra y si ella no podía amarlos, solo debió procrear uno, por eso él no podía dejar de favorecer a Al.

- Supongo que gryffindor - comentó, el niño asintió - ¿qué haces en tu timpo libre?

- Juego quidditch, tomo clases de piano, entreno y asisto a clases particulares para el ingreso a Hogwarts, mi color favorito es el rojo, mi animal favorito es el león y me gustaría poder sacar la espada de Godric del sombrero como el tío Neville alguna vez

- Todo un gryffindor - dijo Charlie palmeando su espalda y desordenando su cabello en aprobación

- ¿Y qué quieres lograr dentro de tu casa?- el niño quedó mudo, Draco podía ver que todo esto eran ideas de todos menos las del niño, era el perfecto ideal de los Weasley y sus allegados, pero fuera de todo ello, el niño estaba tan perdido que no sabía su propio sentido de existencia, no conocía sus límites y estaba acostumbrado a la aprobación adulta, había sido educado en base a expectativas, se compadeció un poco de él

- Es un poco acelerado... - intentó defender el pelirrojo mayor

- Al ¿qué quieres lograr en Slytherin? - preguntó amablemente al pequeño apoyado en su pecho, quien aunque era muy joven podía ser un digno Slytherin, quien aunque lastimado podía demostrar su madures temprana

- Quiero traducir los libros de Salazar para que los niños de grados menores puedan entenderlos, además de mostrar que los Slytherin no somos malos, quiero también crear variaciones de sus muchas pociones señor Malfoy, quiero que las pastillas contra la fiebre sepan bien o por lo menos no tan mal - respondió, y aquello había nacido de él, en base a sus anhelos

El silencio se instaló entre los cuatro, llegaron por fin al centro del campo en el que desaparecerían, Charlie tomó un trasladador en forma de cucharón de hiero y se sujetaron de las manos, para sentir los típicos giros hasta llegar a una distancia prudente de la feria mágica, allí se exhibían animales mágicos en jaulas y los muggles también, juegos de laberintos para apuestas en donde pequeños dragones se enfrentaban a cada paso que se avanzaba, un puesto de dulces caseros y muchos juegos mágicos, como burbujas irrompibles, un pequeño torneo de quidditch y un puesto de tiro con armas muggles arregladas para ser inofensivas, los niños corrieron a él dejando a los adultos

- No deberías hacer comparaciones - fue lo primero que dijo el pelirrojo sin quitar la vista de sus sobrinos

- Solo preguntaba, además no soy uno de sus progenitores, solo son ellos los imparciales, deben aprender que en el mundo no todos te amarán u odiarán, Severus es de mi agrado y puedo demostrarlo sin herir a su hermano - le respondió con calma - soy la "niñera" de Severus ¿recuerdas?, aunque veas bien a Al, él no lo está, ahora más que nunca merece que le demuestren amor, ¿sabías que debo tomar un curso intensivo para ayudarlo con su autoestima?, ¿ sabes que asisto a sesiones con un psicólogo y psiquiatra para saber orientarlo? y que por encima de todo eso debo aprender a lidiar con tu familia, no me pidas que no favorezca a Al, no puedo simplemente no hacerlo, lo quiero y es lo más importante en mi vida

- Por ahora - le interrumpió Charlie - no puedes simplemente olvidarte de ti, él sigue siendo hijo de mi hermana, y aunque me agrada que seas su tutor, no olvides a dónde pertenece

- Me pertenece a mi, soy yo quien es el centro de su mundo, soy yo quien le brinda todo lo que sus padres y familia jamás se dignaron, a mi no me importa mucho ya una relación, estoy justo en donde quiero estar, me siento feliz con Al cubriendo todo mi tiempo, no necesito más compañía que él, esto es una decisión que tomé justo cuando lo vi llorar frente a sus padres porque no se sentía parte de ellos

- Entonces estoy fuera

- Lo estás, porque aunque no niego que me gustes físicamente, siempre estarás en un segundo plano cuando se trata de Al - el pelirrojo quiso atraerlo tomando su muñeca pero en ese momento Albus se acercaba con un mueco de felpa, era un koala muggle

- Mire lo que gané señor Malfoy, no sé que sea pero me gusta mucho - tomó al muñeco y Albus entre brazos para poder pagar al dueño, observó cómo James le pegaba a todos los blancos con precisión, él quería el premio mayor que era un incógnita en una caja, observó el fuego de la determinación, tal vez James no era tan insignificante como lo veía, el niño cargaba el arma con los balines de goma con determinación, apuntaba hasta sentirse seguro, no como los otros niños que solo disparaban por diversión, él era cuidadoso, sus ojos se afilaban y cuando encontraba el punto disparaba, así consiguió derribar todas y cada uno de los blancos, como era de esperar el dueño le tendió la caja negra, al abrirla dentro había un huevo

- Sus hijos son muy talentosos - elogió el dueño - muchos niños no logran acertar a los blancos y se distraen con las figuras movibles, es un huevo de dragón, usualmente no doy esta caja, pero su hijo es especial, creo que tiene el valor de criar un escamoso

- ¿De qué especie es?

- Es uno de probeta, mi cuñado hace estos para los ricos caprichosos, me obsequió este porque olvidó etiquetarlo, yo en verdad no quiero criar uno porque su vida en la feria sería desdichada, pero por como viste señor, sé que usted puede sustentarlo, además que su hijo es el perfecto dueño, tiene que quitar el hechizo que lo mantiene en buen estado y calentarlo en brazas de volcán durante siete día, eclosionará para serle fiel, si no le gusta la idea puede llevarse otro premio, tenemos lechuzas, cachorros de animales muggles y bromas de sortilegios Weasley

- Creo que debes llevarte una broma, a tu madre no le agradará un dragón en casa - le advirtió el pelirrojo - yo compraré el huevo y lo llevaré a una reserva - James asintió alegre, pero Draco reconoció la frustración en sus ojos, James no era malo, solo hacía lo que los demás esperaban que hiciera, siempre cediendo y afirmando a todo, aunque lo lastimara

- Creo que mi hijo quiere el huevo, él lo ganó - cortó el rubio

- De todos modos el huevo no está a la venta, es un premio y tengo todos los permisos de propiedad, no quiero venderlo - apoyó el dueño del puesto

- Es tu decisión James - ambos se miraron a los ojos - quieres el huevo o la broma

- El huevo, señor Malfoy

Draco sonrió ante la nueva determinación.