Día 5

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Una vez que los músculos del pequeño dolían, dejaron el entrenamiento, ambos se echaron el césped con la respiración agitada y con nuevas ansias por un futuro

- ¿Cómo te gustaría que te llame?

- Severus está bien – el rubio se incorporó apoyándose en uno de sus brazos, mirando fijamente al chiquillo

- Creo que no me comprendes, no puedes dejar que alguien más etiquete quién eres, solo tú tienes ese derecho, ni siquiera las personas más cercanas pueden hacerlo, ni siquiera yo, solo tú, una vez leí que si colocas una etiqueta a un vaso de agua pura esta reacciona a dicha etiqueta, "amor" y las pequeñas gotas se mantienen claras, lo contrario a palabras ofensivas, hace años me hice un tatuaje "a prueba de balas" en latín, creo que desde ese momento mi vida cambió radicalmente, por eso es tan importante como te llama el resto, en la cultura china antigua, solían darle un nombre de cortesía a los recién nacidos, yo no te lo daré, serás tú, porque solo tú provocas tu cambio, piénsalo bien – le acomodó los mechones de su cabello rizado, acariciando tal vez su legado

- Lo pensaré – respondió pegándose más al rubio y su toque, tan extraño, pero tan familiar, ni su propia madre lo había tratado así jamás

- Eso espero, ahora ve a decirle a Blaise que te prepare el baño – el niño hizo caso de inmediato; el rubio observaba el infinito del cielo, lo basto del universo

Cuando le abrieron la puerta de la madriguera lo recibió Charlie Weasley, quien lo observó extrañado hasta notar que traía de la mano a uno de sus sobrinos

- ¿Hola? – carraspeó el pelirrojo

- Buenas tardes – le respondió con tono neutro

- TRAIDOR – una segunda voz acusó a Albus

- ¡James! – regañó Molly

Albus quiso ocultarse pero Draco no se lo permitió, lo tomó por los hombros y se acuclilló hasta quedar a su altura

- Comentarios como estos vas a escucharlos a diario en Hogwart, solo por ser hijo de quien eres, ¿comprendes?, sé que duele, pero convierte ese dolor en razonamiento, ¿por qué crees que te llama así?

- Porque fui a tu casa

- ¿A qué?

- A pedir ayuda, porque no me sentía bien

- ¿Y ahora?

- Ahora me siento bien – respondió con una sonrisa dirigida al rubio

- Bien, y si eso te hace sentir bien, no hay que sentir culpa, nunca hagas cosas que te hagan sentir mal – acarició sus cabellos de nube – bien, me retiro – habló para los dos adultos

- Quédate – lo detuvo la matriarca – Harry habló de esto con nosotros y... quédate, también quiero hablarlo

Aunque Severus no quiso separarse de él durante su estancia en la madriguera, tuvo que hacerlo cuando todos los pelirrojos estuvieron sentados en los sillones de sala, a excepción de Ginevra, en su lugar estaba la sangre sucia que lo miraba ceñuda, con aires de superioridad la ministrilla esa, se río para sus adentros

- Iremos al grano Malfoy – habló la castaña - ¿por qué te acercas a Albus?

- Creo que Potter ya se los había comunicado

- Métete en tus asuntos hurón, aquí no te queremos – medio gritó la comadreja

- Eso no me interesa en lo más mínimo, muy por el contrario, me tiene sin cuidado lo que piensen, yo hablé con los padres implicados, con los únicos que debería tratar este asunto, por cierto; pero ya que lo preguntas responderé, estoy aquí porque alguien necesita de mí, alguien con un futuro brillante por quien es, no a donde pertenezca, ese niño tuvo el coraje de escapar de un lugar al que no considera propio, y mientras ese niño, necesite de mi, yo no me moveré, no lo abandonaré y seré lo que necesite que sea – respondió observándolos a todos directamente a los ojos

Un golpe seco se escuchó sobre sus cabezas, eso había venido del piso superior, tanto el rubio como el resto corrieron a ver lo que sucedía, ambos niños rodaban por el suelo, James trataba de golpear a Albus, pero este era más rápido, los gemelos los separaron rápidamente, Albus se refugió abrazando la cintura de Draco, quien inmediatamente lo levantó en brazos para revisarlo, tenía el labio inferior inflamado y un pómulo cortado, bajó con él en brazos a la cocina, en donde por suerte encontró hielo

- Duele – se quejó

- Tiene que dolerte, no puedes enfrentarte a...

- A mi hermano, porque es mi hermano y debo quererlo – le interrumpió el pelinegro

- No, no debes enfrentarte a alguien con quien sabes que perderás, usa la lógica por favor, está bien luchar por lo que crees correcto, pero a que te muelan a golpes imprudentemente es otro nivel de estupidez, tienes suerte de que siempre traiga mi bolsa de primeros auxilios conmigo – el rubio buscó entre los bolsillos de su gabardina y de allí sacó una mini maletita con el símbolo "+" pintado, tiró de una pequeña manija y el maletín se hizo grande, sacó de allí unas banditas, unas vergonzosas banditas de color rosa con figuras de conejo en ellas

- Eso es para niñas – se burló la voz irritante del primogénito de Potter

- Bajaste para disculparte James – lo reprendió duramente Artur

- ¿Te gusta? – preguntó a Severus, el pequeño asintió, se la colocó con cuidado – bien, sube a tu habitación y escribe quinientas veces "pienso y luego existo", cierra la puerta con llave, no quiero más accidentes, ¿entendido? – el pelinegro menor, besó su mejilla corriendo a acatar su orden, sin más encogió su botiquín y se retiró sin escuchar los reclamos de los pelirrojos, era tarde y no necesitaba presenciar más la precaria educación en esa casa

Arribó a su casa dos horas después, abriendo la puerta descuidadamente, importándole poco si otro de los amantes del italiano se encontraba gimiendo como gata en celo, solo necesitaba mandar una carta al ministerio para recuperar el uso de su magia y listo, ahora que debía instruir a Severus, la necesitaría más que nunca

Como era costumbre, el italiano lo recibió con una bata azul cubriendo la desnudez de su cuerpo, pero no ocultando los chupetones en su cuello, ambos se sentaron a cenar

- Se llama Murdo, me preguntó si podemos hacer un trío contigo – Blaise rompió el hielo

- Mañana pediré mi varita y el uso de mi magia

- Esas si son noticias, ¿por qué?

- Hoy pude curar las heridas de Sev con magia pero tuve que hacerlo a lo muggle, seguro se están burlando de mí esos pobretones

- ¿Herida?

- Se fue a los golpes con su hermano mayor, ese prospecto de grano en el culo necesita que se le eduque con mano firme, pero no se fue intacto, Sev le reventó el labio superior, recuérdame llamar a Theo para que le enseñe defensa personal

- Pero Theo sabe boxeo

- Por eso – fue la única respuesta que consiguió el moreno, mientras un rubio molesto subía las escaleras con fuertes pisadas de enojo 

Pequeña Mierda HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora