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imagina: levi tiene que encargarse de ti estando borracha.

...

Extrañamente habían traído cajas llenas de vino extranjero. Levi y (n) no estaban seguros sí darle entrega del licor a los demás o simplemente ordenar que lo llevaran devuelta a la guarnición. Los soldados de la legión suplicaban a gritos que les permitirían beber del vino, querían gozar del líquido tinto y olvidarse por un momento que estaban vigilando al titán bestia. Levi les dejó hacerlo, ya se estaba cansando de los gritos y no tuvo más remedio que dejarles las cajas a ellos.

—Capitana, beba con nosotros, por favor. —Pidió uno de sus actuales subordinados. —Queremos disfrutar de esto con usted.

—Chicos, no lo sé...

—¡Por favor!

Dudó, pero terminó por aceptar la invitación de sus subordinados. Se sentó con ellos, apoyando su espalda en uno de los grandes y anchos árboles, esperando su vaso de licor.

—Tenga. —Le hicieron entrega del vaso. —Salud.

Chocaron sus vaso, casi provocando que el líquido dentro de estos se botara. (n) miró por un momento el vino, confundida de si darle una probada o no. Se encogió de hombros luego, bebiendo del licor hasta el fondo, suspirando satisfecha después de haberlo acabado.

—Delicioso. —Murmuró. —¡Otra!

—¡Sí!

..

—¡Leevi! —Se tambaleó un poco camino a su novio. —Ven a beber conmigo. —Se colocó a su lado, ofreciéndole una botella.

Frunció el ceño, mirando molesto a la mujer. Odiaba cuando bebía y sus tragos se pasaban. No soportaba su estado de ebriedad, era muy infantil y él no era de tolerar eso.

—Dame acá eso. —Le arrebató el licor de las manos, lanzándolo lejos y rompiendo la botella cuando impactó con el suelo.

—¡Oye!

—Qué asco. —Bufó. —Estás mal, es mejor que duermas. —Ordenó, poniéndose de pie.

—Oh, pero quiero seguir bebiendo. —Colocó sus manos sobre los hombros de Levi. —Vamos, cielo.

—¿Cielo?

—Levi... Lo siento. —Rió leve, corrigiendo su error. —Escucha, hagamos esto... Me dejas seguir bebiendo y yo... Y yo te dejo tranquilo y continuas vigilancia a ese mono. —Señaló al rubio que leía. —¿Síiii?

—No, ya descansa. —Apartó las manos de sus hombros. —Acuéstate.

—¡No! —Hizo un puchero, cruzándose de brazos. —Otra botella.

—Deja de molestar, ya acuéstate. —Tensó su mandíbula, intentando acostar a la mujer en el suelo.

—Déjame, Levi. —Se tambaleó hacia atrás, cayendo al piso. Se rió bajo, acostando su cuerpo en el suelo. —Quiero otra botella. —Murmuró, quedándose dormida poco a poco. —Leviii... Otra botella.

El azabache se arrodilló a su lado, cerrandole los ojos y luego acariciando su mejilla sutilmente. Se puso de pie y buscó una manta para arropar a (n). En sus labios se formó una sonrisa pequeña y volvió a su asiento, continuando su vigilancia.

𝘭𝘦𝘷𝘪 𝘢𝘤𝘬𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora