Aledis
Efectivamente, 72 horas y 12 minutos en esa maldita nave me estaban volviendo loca.
El imbecil del primer día no había vuelto a molestar, había entrado solo una vez más para darnos algo de comer pero lo rechazamos con solo una mirada.
Por fin pisamos tierra firme a las seis y media de la noche. Nadie nos volvió a ver en ese cuartito, ni nadie podría imaginar que habíamos pasado los últimos días ahí encerradas.
Bajamos lo más rapido posible de la nave pasando desapercibidas y entramos en un pequeño baño del inmenso edificio. Cuando le eché el cerrojo a la puerta todas mis alrmas estaban por los cielos, mientras las chicas estaban demasiado emocionadas.
Había un problema. Nuestro color...
- Os voy a hacer rosas. - dije sin más y empezé escaneando Nives, luego Leila, poco a poco se volvieron rosas. Hize lo mismo conmigo, no era mi color favorito ni el que mejor me quedaba pero era la unica opción.
- Y hasta cuando ..- Empezó a preguntar Nives.
- Hasta que yo no lo decida, no importa las duchas que se hagan ni lo lejos que esten de mi, hasta que yo no os vuelva azules de nuevo este será vuestro color. - La corté.
Ellas asintieron. Al salir del edificio todo era tan diferente a nuestro planeta... La tecnología estaba mucho más atrasada que la nuestra, la gente se vestía de forma extravagante y muy colorida... demasiado colorida, en realidad todo era mucho más colorido que en nuestro planeta, habían cosas verdes que parecía que iban a llegar al cielo y enormes estructuras anticuadas que arruinaban el paisaje. La bola brillante que iluminaba el planeta era amarilla, incluso me dolían los ojos al mirarla.
No perdí mucho tiempo más, me di la vuelta y empezé a caminar seguida por las chicas que cuchicheaban entre ellas sobre la gente del planeta y las evidentes diferencias de este con el nuestro.
- Aledis. La tablet ha vibrado, creo que son ulteriores informaciones sobre la misión. - No dije nada, solo volteé y cogí el instrumento encendiendo la pantalla.
Bienvenidas en el planeta tierra,
como han podido notar es muy diferente de nuestro planeta, seguramente ya han encontrado la forma de ser rosas, pero eso no es suficiente. Tienen que "hacer shopping" como dirían los humanos. Se trata de entrar en tiendas y comprar ropa. Luego, el GPS os llevará hasta vuestra nueva casa donde ya se ubican las motos y los coches.
Pasen desapercibidas y espero que tengan exíto en la misión.
Le devolví la tablet a Leila y miré detenidamente los uniformes de las chicas: camisetas anchas que les llegaban hasta la mitad del muslo, pantalón negro que definía bien sus curvas, botas altas, negras y llenas de cordones y un moño alto. Vale, quizás podía entender porque teníamos que cambiarnos de ropa...
Me dí la vuelta y empezé a caminar decidida hasta una tienda cualquiera.
- Esta me gusta, entramos? - preguntó Nives señalando una de las infinitas tiendas de la calle, asentí una vez y las seguí hacia el interior de esta.
Desgraciadamente estaba llena de gente y apestaba a sudor y a perfumen barato. Mientras las chicas iban y venían de los probadores llenas de prendas, yo solo miraba por encima la ropa, supuestamente buscando algo que me llamara la atención.
Al final terminamos saliendo, al cabo de una larguísima hora y media, ellas llenas de bolsas y yo con dos bolsitas que contenían: dos pares de mallas negras, una camiseta apretada al cuerpo obviamente negra tambíen, otra suelta que dejaba uno de mis hombros descubiertos, un vestido negro apretado y que me llegaba justo debajo de la rodilla dejando la espalda descubieta y algunas prendas más que nunca me pondría y que terminarían por ponerse las chicas.
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Otra galaxia...
FantasyAledis, una chica indiferente a todo y todos, sin apegos y sin miedos. Matthew, el tipico chico presumido, sin aparentes debilidades. Todas las chicas caen a sus pies pero... Conseguirà llegar al corazòn de Aledis? Demasiadas locuras en solo un añ...