✩ ─── 「༻USAVene | 30 días otp༺」─── ✩

-; ✧˖*[ Día 1 ]°࿐

Día 1: Agarrados de la mano

•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•

El corazón de la venezolana parecía querer salir de su pecho ante los nervios que estaba sintiendo, agarraba de una manera firme aquel pedazo de tela que cubría sus hombros con la intención de hacerle sentir un mínimo de calor ante el frío de la noche, miraba desde la ventana de la vivienda con esperanza de que el ajeno llegará, que se hiciera presente y le regalará una de aquellas miradas cómplices para luego sonreírle con tanto cariño que parecía imposible no amarlo más

—¿Estás bien?— cuestionó su padre, haciéndole salir de golpe de aquel trance en el que había entrado apenas le habían informado que el estadounidense llegaría de visita a sus tierras

Quería ser sincera con su padre, contarle desde la felicidad que le provocaba estar cerca del estadounidense hasta el sin fin de cosas que se habían prometido desde que todo empezó, lo bien que la trataba, lo cariñoso que era, y las tantas cosas que había aprendido en esas conversaciones tan duraderas, pero sabía que simplemente no podría, no se sentía lista para afrontar la realidad que le golpearía a su hermana en su rostro, y por ende, el odio que le tendría, pero muy dentro de si añoraba poder gritar a los cuatro vientos el amor que sentía por el ajeno, el como era feliz a su lado, y especialmente, poder decir que el ajeno le pertenecía completamente como le había dicho tantas veces

—Estoy bien, solo no quiero dejarte a ti solo esperando hasta tan tarde, ¿Por qué no te vas a dormir?, Los soldados te vendrán a despertar apenas llegué y yo te avisaré, igual no tengo sueño aun— declaró regalandole una sonrisa leve, esperando que su padre aceptará aquel pequeño trato, aunque sabía que la posibilidad de que aquello pasará era mínima, pero allí estaba, mirando a su padre guardar un silencio tormentoso mientras sentía la necesidad de morder sus uñas mientras buscaba una excusa más creíble para el gran colombiano y así evitar un regaño de su parte —Solo está vez Venezuela, más te vale despertarme—

Miro a su padre irse con una sonrisa, una de esas tan sincera que a los ojos de el ajeno era obvia la felicidad que desprendía por tener la oportunidad de nuevamente reencontrarse con el ajeno, y por ende, era consiente de que si era despertado no sería justamente cómo había sido planeado; era feliz con la felicidad de su hija mayor, pero tenía miedo de que esa felicidad sea la culpable de las escapadas y el comportamiento tan extraño cuando se trataba de alguien tan obediente como la menor, porque sabía que la ajena pensaba que se estaba saliendo con la suya, que no había sido descubierta ni una sola vez y que era toda una genia, pero era más que evidente, especialmente para sus ojos

El sonido de la puerta causo un golpeteo más fuerte en el corazón de la menor, quien con los nervios de punta y temblando por los mismos se acerco con paso lento, buscando de calmar tantas emociones que nunca pensó poder experimentar al mismo tiempo, era un sentimiento tan asombroso que una parte de si sentía miedo mientras que la otra parecía correr con emoción mientras daba saltos como si se tratará de simplemente un niño pequeño celebrando tener el regalo que más había esperado, en su caso, podría por fin hundirse entre los brazos de su amado como hace tanto tiempo no lo hacía

—V-Voy— tartamudeo acomodando con cuidado aquel vestido que llevaba puesto, dejando de alguna manera en evidencia lo poco que se había preparado para aquella bienvenida, y en su defensa no había ningún argumento que declarará que aquel descuido había sido su culpa, se acaba de enterar, pedía un mínimo de consideración ante eso

Abrió la puerta levemente, dejando que solo su rostro se asomará para poder ver de quién se trataba, asustandose poco después al ver cómo el ajeno ponía su mano en la puerta abriéndola un poco más, así teniendo la posibilidad de agarrar la mano ajena, jalandola con firmeza pero la vez con mucho cuidado contra el, sintiendo como poco a poco las lágrimas bajaban de los ojos de la menor —{Perdon, ¿Te asusté Darling?, No era mi intención….}— cuestionó buscando de ver el rostro de su amada