Día 3: jugando O Viendo Una Película
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Por primera vez en mucho tiempo el venezolano gozaba de estar con su forma masculina, levantando aquella espada y practicando con su padre sus formas de defensa, equivocándose con cada ataque que se le era lanzado y intentando defenderse; se escuchaba el estruendo de la espada al chocar, y se podía ver de una manera atenta como el venezolano se echaba para atrás cada cuánto, si no fuera porque aquel lugar era tan amplio hace bastante ya se hubiera encontrado contra una pared sin escapatoria alguna para obtener la victoria de aquella “batalla” que se había iniciado
—¡Debes atacar!— reclamo el gran colombiano al ver que que su hijo solo se defendía, pero no sé atrevía a atacarle, no le importaba salir gravemente herido en uno de aquellas prácticas mientras tuviera seguridad de que el ajeno estaba preparado para cualquier momento imprevisto, pero ni siquiera había gozado de ver el primer ataque en la media hora que llevaban de batalla, haciendo que aquello se volviera tedioso a sus ojos
El venezolano se alejo levemente de el mayor y bajo su arma, mirándole con vergüenza, era consiente de el sentimiento desesperante que su padre vivía cuando solía comportarse de esa manera en las prácticas, pero simplemente practicaba por no llevarle la contraria, amaba a su padre, y era completamente consiente de que debía ser la imagen a seguir de sus hermanos, como también ser quien los defendería si algo llegaba a suceder algún día, pero imaginarse simplemente que su espada atravesaba el cuerpo de una persona inocente le hacía sentir el ser más miserable que podía existir y que el mundo hubiese presenciado
—La posibilidad de que algún día tengamos una batalla contra algún país es mínima, quizás una batalla de independencia pero ni siquiera en esas participo... ¿Por qué practicar algo que no necesitaré después?— cuestionó, dejando que el agarre a su espada fuera más flojo, demostrando la incomodidad que le daba aquella actividad tan innecesaria a sus ojos —Ellos tienen razón.… Venezuela esto no es un cuento, aquí no hay finales felices, en este mundo o tienes poder y hacer que los demás se sientan inferiores y te respeten, o simplemente tu eres de los inferiores— el hablar del mayor era firme, dando un punto de vista claro, con sentido a sus ojos pero a los ojos del venezolano solo se volvían otra excusa sin sentido para causar daño —Te lo diré solo una vez más Venezuela, o te metes eso en la maldita cabeza o te lo meteré a los golpes, ¡Estoy cansado de tu maldito comportamiento, no eres una mujer, eres la maldita representación de un país y te debes comportar como tal!—
El silencio se apoderó de la sala, el rostro del venezolano mostró miedo, dando varios pasos hacia atrás en busca de huir de su padre, el mayor se sintió mal, obligándose a tomar aire y calmarse, su comportamiento común no era así, nunca le había puesto una mano encima a sus hijos, estos siempre habían sido respetuosos y muy bien portados, y no podía negar que en ningún momento el venezolano le había faltado el respeto para que el tuviera que gritarle de tal manera, solo estaba preocupado, por el futuro de sus hijos, por todo
El colombiano no dudaría en hacer una guerra para defender a su pueblo, para defenderse el y a sus aliados si era necesario, se repetía lo mismo con el ecuatoriano, solo el venezolano era quien iba contra aquel comportamiento, soñando despierto mientras pensaba que todo se podía resolver de una manera pacífica, y que todo tenía al final un arcoiris y nadie salía herido, quizás solo el malo del cuento, pero la realidad es que no era así, la realidad le golpearía tarde o temprano a su hijo en el rostro, y el miedo que le causaba el pensar como sería era inexplicable
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✩ ─── 「༻USAVene | 30 días otp༺」─── ✩
Fanfiction˗ˏˋ ˎˊ˗ * ★ * * * * ☆ * Nuestra relación sufrió altos y bajos Disfrutamos de momentos dulces, y unos que prefiero nunca recordar Ahora estamos aquí, volviendo entre nuestros recuerdos para entender, ¿Dónde nos equ...