capítulo 01

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Tras varios meses de espera, el glorioso día había llegado

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Tras varios meses de espera, el glorioso día había llegado. Una de las ancianas esperó frente al altar durante algunas semanas hasta que dio a conocer la esperada noticia. Nuestra diosa, Dioley, había dado a luz una niña. La alegría invadió a todos los que se encontraban en el templo y sus alrededores.

Al tratarse de un hecho importante en la historia de nuestro mundo, se organizaron los preparativos para realizar un festejo que duraría, al menos, unos cuantos días.

Aún así no se sabía mucho sobre lo que pasaba en el reino celestial por lo que la ancestra decidió quedarse en la fuente del altar, esperando recibir más información. La espera duró tanto como el festival mismo. Algunas veces era normal que la sabia no pudiera hacer contacto con el mundo superior, pero este no era el mismo caso, algo extraño ocurría.

En la fuente se encuentra el cristal que hace posible comunicarse con los dioses, recibir información y rezar

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En la fuente se encuentra el cristal que hace posible comunicarse con los dioses, recibir información y rezar. Es tarea de la encargada del templo meditar y consultar. Tras varios días sin respuestas, uno de los ayudantes decidió comprobar el funcionamiento del cristal, pero este se quebró al querer tomarlo. Los fragmentos salieron disparados y un destello irritó los ojos de ambos.

Una visión se presentó ante ellos
como un aviso de emergencia. La sacerdotisa no podía entender la gravedad de lo que veían sus ojos por lo que alertó a todos en el lugar, la celebración se canceló al instante y todos los presentes se dirigieron al refugio del templo.

El ambiente alegre se volvió silencioso y lleno de nervios, nadie daba explicación alguna ni siquiera palabras de aliento para calmar a los niños llorando. La sabia se encontraba desesperada, intentaba reestablecer la conexión, pero todos los intentos fueron en vano, el Reino celestial se había perdido.

El miedo y las dudas quedaron de lado cuando uno de los centinelas comenzó a gritar que todos salieran del refugio. A fuera el cielo había cambiado de color celeste a uno naranja. Se Podía observar algo brillando en el cielo, aunque todos tenían una opinión distinta acerca del objeto, la anciana salió alterada del templo diciendo que se trataba de algo preocupante, pero cuando logró ver hacía arriba se dio cuenta que no se traba del objeto naranja de su visión, sino, de uno celeste.

El despertar de Kya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora