Fotografías Nocturnas {2Jae}

Obsesión

Nora maulló, despertando al chico que dormía tranquilamente entre sábanas. Restregó su cabeza contra su rostro ganándose un quejido y luego volvió a maullar, mordisqueando uno de sus mechones de pelo.

Youngjae suspiró, apartó a la gata con una mano y abrió los ojos, se arrepintió, pues había mucha luz en el cuarto y le dañó.

Murmuró una maldición por no haber cerrado la ventana antes de irse a la cama y suspirando y con cuidado se incorporó mientras volvía a abrir los ojos.

Nora bajó de la cama y corrió hasta la puerta cerrada, se incorporó sobre sus dos patas y con las delanteras rascó la madera de la puerta.

"Lo sé, lo sé..." Murmuró Youngjae entre dientes mientras se levantaba intentando no perder el equilibrio, llegó hasta la puerta, la abrió lo necesario para que ella saliera, y cuando estuvo seguro de que estaba fuera, tiró de la manilla para volver a cerrarla.
Pero no cedió.

Alzó su cabeza medio adormilado y vió una mano sujetar la puerta.

—Youngjae, por favor

La voz del mayor hizo que Youngjae terminara de despertar y se acordara de los acontecimientos del día anterior.
Trató de cerrarla con más insistencia.

—¡Youngjae!

Por desgracia para él, Jaebeom tenía más fuerza y pudo sujetar la puerta hasta abrirla y colarse en el cuarto, provocando que él retrocediera.

—vives conmigo, no puedes esconderte aquí por toda la vida suplicando no cruzarte conmigo en el pasillo para ir al baño

La respuesta del pequeño fué un soplido mientras se metía en la cama nuevamente.
Jaebeom cerró la puerta tras él y fué a sentarse en la repisa interior de la ventana, un hábito ya.

—vete

Jaebeom rodó los ojos

—Youngjae por el amor de Dios solo fué una foto y yo no sabía que ibas a entrar solo con esa toalla, y técnicamente no habría pasado nada si tú no la hubieras dejado caer.

Youngjae agarró una almohada y se la lanzó al mayor con el mismo impulso para sentarse en la cama.
El ataque no sirvió de nada más que para mostrar su enfado pues Jaebeom apartó el objeto con facilidad.

—¡Me asustaste!

—Ya, ya... fué un accidente

—¡Luego volviste y me dijiste que era bonita! ¡Casi incluso intentaste convencerme de hacer otra!

Jaebeom hizo una mueca, se le olvidó ese pequeño detalle...

—¡Tenemos un contrato! ¡Dijiste que nada de fotos sin avisar ni desnudos!

Jaebeom miró al menor mientras seguía descargando su enfado en forma de gritos y quejas. Tenía razón y lo sabía pero él no podía entenderlo.

Youngjae no podía entender lo bonito que era.

No entendía la necesidad que tenía Jaebeom de fotografiar cada parte de él.

El deseo de plasmar su belleza en pequeñas partes, en fotografías que podía guardar para siempre.

El impulso de querer esas fotos para él, como si hubiera encerrado al mismo Youngjae en pequeñas jaulas de papel.

Youngjae no entendía lo obsesionado que estaba Jaebeom con él.