¡Londres! ¡La ciudad del té! ¡Como odio esa bebida! , excepto el té frío con limón, al menos si supieron hacer algo, después de ambos compráramos nuestros billetes de turista que por cierto ¡ni locos iríamos en primera clases! No quiero dejar tantas pistas a las cobras, en fin llegamos vivitos y coleando.
Eso me recuerda a que Leo ha estado demasiado feliz, demasiado feliz yo diría, eso no es malo pero tengo tanta curiosidad de que será lo que le da tanta felicidad y que lo comparta conmigo endulza mi blandito corazón. Aunque viajar en pijama no es algo muy común sobre todo porque ahora me miran como si saliera de un manicomio, no tengo baja autoestima en cuanto como soy, de hecho lo tengo más alto que Narciso pero incómoda que te miren mucho, de repente mi mano es sujetada por otra más grande, mi cara ardía de los nervios al saber que era Leo que no tenía intenciones de soltarme mientras estaba hablando por el teléfono, al instante aparece una limusina delante de nosotros, Leo me abre la puerta para que pase y de forma ridícula entré en la limusina preguntándome que hice en mi otra vida para tener algo tan precioso como ese chico pelirrojo, así que como estoy tan mal de la olla sigo imaginando mi dulce futuro a su lado y ¡Dale! ¡Más tonta no puedo ser! ¡Me he vuelto a distraer!
-Brie, hemos llegado
Al mirar por la ventana me di cuenta de cosas interesantes :
1- Estamos fuera de la ciudad, para ser exacta, en un valle hermoso.
2- Veo una mansión de tres pisos estilo japonés con una combinación muy bella de marrón, negro y blanco.
3- Estoy viendo dos filas paralelas de diez chicas con preciosos kimonos rosas con bordados dorados de flores.
Y el más interesante de todo :
4- Leo salió del coche para abrir mi puerta y me extiende su mano esperando que lo sujete al salir.
¿Así se sentía Cenicienta al encontrar a su príncipe azul? ¡Mierda! ¡Hada madrina! ¡DAME MIS CHANCLAS DE CRISTAL! Ah no, son tacones, pero el dibujo dice zapatos.
Tacones = Zapatos
Chancletas = Zapatos
Zapatos =Zapatos
Nuevo descubrimiento del siglo XXI.
-¿Brie?
-¡¡ZAPATOS!!
-¿Zapatos? ¿Lo has vuelto a beber?
-No cachorro de tigre
-¡Venga ya! Vamos alguien quiere conocerte
Agarré su mano (joder, que suaves son) y entramos en la mansión recibiendo reverencias de esas lindas chicas al entrar era mejor aún, es como estar en una película japonesa ambientado en el siglo V pero a la vez siendo muy luminoso por el impoluto blanco de las paredes, andando por el largo pasillo hasta llegar en una área muy grande y abierta de forma cuadrada por el techo mostrado el cielo azulado despejado, en los laterales están las habitaciones de todos los pisos, tienen un pequeño camino de madera roja lisa y dos escaleras del mismo material, cada una en un extremo separadas de forma diagonal. En medio de todo hay un extenso césped cortado con una fuente de piedra con agua cristalina.
-Es... Decir hermosa es muy corto de lo que realmente es -Cada vez que lo miraba más la admiraba, es única.
-Es cierto, se nota que lo cuida con mucho cariño
-¿De quién hablas?
-¿Nieto?
Alguien habló, nos giramos a ver quién era y vi a una mujer alta de unos 50 años de piel pálida, delgada, ojos grandes rasgados, nariz pequeña, labios finos cubiertos por un bálsamo granada, una mata larga de pelo negro hasta las rodillas con una mecha blanca recogido por los lados por unas orquídeas rojas y blancas, lleva un kimono digna de una emperatriz de color rojo y blanco.
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MAMÁ OSO
HumorDos chicos ricos, una semana de locuras, una botella de la bebida de la felicidad, un amor platónico, decisiones arriesgadas, secretos a la luz y un pijama de oso.