Mi niñero pervertido

Sueño eterno

Izuku

Todo estaba oscuro. Sólo me sentía cayendo en un infinito vacío, el cual me embriagaba con el olor de la nada.

Debía de llevar dos horas o más cayendo cuando divisé un rayo rojo que iluminó aquel lugar por unos segundos. Lo que ví me dejo aterrorizado.

Millones de hectáreas de tierra yerma se extendían ante mí, con unas montañas al fondo. El suelo se acercaba a mí peligrosamente, y no tenía nada para frenarme. Curiosamente, iba vestido de traje y corbata.

Por favor, no te vayas, te necesito, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, oí. No sabía quién las decía, pero si voz me era familiar. De repente, todo se oscureció.

Aparecí en el suelo, vestido con ropa de un estilo extraño, como medieval, con una espada en su vaina.

Había tierra yerma, nada más, aparte de una oscuridad increíble.

CRACK!

Me giré asustado. Había una rama partida por la mitad, y huellas bastante extrañas que se perdían en la oscuridad...

De repente, oí otras palabras.

Hola, ¿qué tal? Me encantaría que me dijeses que s-sí, pero no p-pue-edes ha-hablar, terminó la voz sollozando. 

Al decir tales palabras, la oscuridad se abrió de repente, dejándome ver mucho mejor el paisaje. Aparte de estar todo como si fuera de día, no de noche eterna, pude ver a un extraño monstruo. Tenía zarpas afiladas, era negro y tenía ojillos rojos, como endemoniados.

De repente le miró. Empezó a correr hacia mi y justo cuando iba a saltar a devorarme, otras palabras resonaron por el paisaje. Eran la misma voz, el mismo tono de preocupación, pero no sabía quién las decía, quién las pronunciaba metiendo mi nombre entre medias.

Las palabras repelieron a la criatura, que pareció asustarse y salió corriendo.

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Ya llevaba dos días caminando por ese paraje. Tenía que seguir, presentía que era la única manera de salvarse de ese sueño. Sabía que era un sueño, lo presentía, pero no sabía como despertar. Estaba harto, sólo quería volver a mi voda, a mi vida con... espera, ¿quién estaba en mi vida? No me acordaba de nadie más que de mi madre, Inko Midoriya.

Me sentía desfallecer, no había agua ni comida allí, no sabía que hacer...

Me empecé a desmayar.

Vi un dragón rojo volando por encima de mí, a un rubio bajando de el dragón y viniendo hacia mí...

Iba a cerrar los ojos.

Faltaba poco.

En tres.

Dos.

Uno.

-¡Deku!-

Cero...

Hola amigxs, q tal están, por fin publico después de tanto tiempo, sorry ("._.)

Una escritora que sigo hizo esta pregunta, y me dió curiosidad, ¿cómo conocieron mi perfil? 

Bye :D