𝐄𝐍𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐄𝐍 𝐌𝐄 ▬ MARVEL UNIVERSE

❝ CHAPTER ONE ❞

───── ❝ CHAPTER ONE ❞ ─────

—Y como no has estado por una semana, — Nicole bajó su mirada al suelo con una sonrisa plantada en sus labios, escuchando la voz de su pareja al otro lado de la línea —, y pronto va a ser nuestro aniversario, pensé que, tal vez, podríamos irnos de viaje.

— ¿Y luego una cena romántica? – insinuó, tratando de no sonar como una adolescente enamorada.

—Y luego podríamos ver como acaba la noche. Si tú quieres, claro — la morena pudo escuchar la ansiedad proveniente del otro lado de la llamada —. ¿Qué te parece?

—Me encantaría — ella respondió rápidamente, no queriendo inquietar a su pareja —. No me negaría por nada del mundo.

—Ahh, que tierna — la morena rodó los ojos al escuchar la voz burlona de su hermano.

—Amor, espera un minuto, tengo que matar a mi hermano — ella murmuró antes de tapar la bocina del celular con la mano y mirar mortalmente a Nicholas —. ¿No tienes a otra persona a quien molestar?

Nicholas desechò sus palabras con un movimiento de mano y se acostó agraciadamente en uno de los sofás de la sala. — ¿Sabes? Estoy bastante seguro de que a nuestra madre le encantaría saber que te han flechado, hermanita — suelta el chico esbozando una sonrisa maliciosa.

La mujer se enderezó rápidamente y sus ojos se agudizaron. —No te atreverías.

—No quieres probarme — él amenazó con superioridad.

—Te odio, Nicholas.

—Me amas, Nicole.

Rodó los ojos y se levantó del sillón para caminar hacia la cocina. Podría ser que su familia fuera complicada, incluso esa llegaba a ser una palabra demasiado modesta para su relación consanguínea. El único en quien sabía que podía confiar era Nicholas, aunque fuera un idiota que tenia cierto gusto por amenazarla.

—Volví — murmuró, volviendo a poner el teléfono junto a su oreja.

—Pero yo me tengo que ir. Tengo que trabajar — su voz sonaba ligeramente decepcionada —. Te amo.

—Y...

— ¡Nicole!

La morena saltó al escuchar el grito de preocupación de su hermano. Salió rápidamente de la cocina, cuando algo la golpeó repentinamente.

Punzadas en la cabeza comenzaron a atacarla, pero ningún sonido salía de su garganta. El dolor agudo, se sentía como si algo, o alguien, tratara de invadir su cabeza. La tortura fue en aumento hasta que concluyó de manera repentina.

Abrió los ojos. Vio cómo se encontraba parada en la sala, y, a unos pasos alejados de ella, una espalda atlética y cabellera oscura. Quiso decir algo pero su garganta estaba seca y sus movimientos torpes.

Ladeó la cabeza y una vocecita con un peculiar acento se filtró en su mente.

Nikkie.

Su nombre era Nikkie y estaba en su casa en Westview. El chico era su hermano Nick.

Una música se reproducía al fondo de la estación. La reconoció y comenzó a tararearla, conociéndola de memoria.

Pero, ¿de dónde la conocía?

De repente, entró una mujer de cabello café, con cejas perfiladas, ojos agudos y la sonrisa amable más falsa que podía recordar. La desconocida los miró a ella y al chico, y la morena estaba casi segura de que pudo notar algo de calidez en su mirada.

—Tenemos nuevos vecinos, mis niños — avisó la mujer con voz cantarina.

La identidad de la mujer se deslizó como un susurro en su mente. No le molestó, incluso le parecía familiar y casi reconfortante. Esa calidez la hizo olvidarse brevemente de las alarmas de advertencia en su cabeza, la opresión en su pecho y el sentimiento de algo rasgando su corazón desde el interior.

—Eso es maravilloso, madre.