Lady Himiko

5 0 0
                                    

Él era una espada.

Yo era una vaina,

manteniéndome vacía,

podía contener en mí cualquier arma.

Creí que él quería que fuera su vaina,

la funda que lo protegiera y contuviera.

Me hizo sentir que no estaba vacía,

y así fue,

al irse dejó algo en mí,

y las armas contenidas en mi ser,

salieron desgarrándome.

AEDION ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora