➷ 𝚃𝚘𝚘 𝚢𝚘𝚞𝚗𝚐 𝚝𝚘 𝚗𝚘𝚝 𝚋𝚎 𝚊 𝚍𝚛𝚎𝚊𝚖𝚎𝚛 ➹ [Yoonmin]

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1 año después...

- ¿De verdad estarás bien?- Jimin revisó que todo estuviera en orden.

- Ya le pregunté al mafioso y me dio luz verde, ve tranquilo- debido a una cita médica rutinaria debía llevarse a Minmin al trabajo.

- Está bien, nos vemos en la noche, ¡adiós!- le besó los labios disfrutando de su propio sabor que se había quedado impregnado de tanto amor y abrazó a su hija- Pórtate bien con papá- la pequeña asintió como si entendiera.

Yoongi condujo mientras hablaba con la cachorra en una conversación unidireccional, una acción que se había convertido en hábito. Por su personalidad y problemas pasados, no era característico de él largarse a charlar durante horas, sin embargo, su hija y Jimin eran una clara excepción.

- ¿Prefieres las trenzas o las coletitas? Hoy te hice trenzas porque tu papi dice que aseguran tu cabello aunque hagas volteretas por el sofá, pero a mi me gustan más las coletitas... Creo que te empacó el puré de manzana que tanto te gusta... Hace un buen día, ¿no?- siguió la verborrea hasta que vio la mansión.

- Buenos días- hoy le tocaba llevar a los hijos del mafioso a la escuela y ser el chófer de su mujer.

- Buenos días señora, disculpe las molestias, Minmin no tenía donde quedarse- la omega era bastante callada y dócil, al posar sus ojos en la bebé se limitó a asentir y esbozar una suave sonrisa.

- Es linda.

- ¿¡CUÁNTOS AÑOS TIENE!?- oh, y ahí estaban los gemelos, manchando el asiento de... ¿pintura?

- Casi dos años- chocó los cinco con ellos como saludo- Es mi hija, ¿recuerdan que os hablé de ella?

- Pensé que sería más pequeña- estiraron el cuello intentando verla mejor.

- Poneros el cinturón- les ordenó su madre utilizando su voz dulce pero irrefutable.

- Sí, mamá- Yoongi se preguntó internamente cuando su hija comenzaría a hablar y cual sería su primera palabra, aquello anidó una emoción en su pecho.

- Os he comprado unas barritas de chocolate puesto que ayer los profesores hablaron muy bien de vuestro comportamiento- rebuscó en su bolso el premio- ¡Debéis coméroslas en el receso!- se las apartó antes de que las abrieran como si no acabaran de desayunar hace cinco minutos- Min, para ti también- ¿Era raro que esa mujer le hubiera casi adoptado? Ella podría ser perfectamente su madre y le cuidaba más que la suya propia, él solía renegar de las bromas de su omega sobre ser el tercer consentido del auto, mas en su fuero interno le agradaba bastante.

- Gracias señora- y sus manos delicadas le recolocaron el cuello de la camisa, su aura maternal enterneciéndolo.

- ¿Cómo está Jimin?- que el matrimonio fuera abierto de mente le había dado más soltura para hablar de su vida privada cuando le preguntaban, ellos pocas veces juzgaban y él lo agradecía enormemente.

- Se encuentra bien, solo debía hacerse un chequeo- ella asintió aliviada.

- Debe estar muy intranquilo- sonrió cómplice- Cuando estás tan acostumbrada a tenerlos siempre a tu lado, que se queden con otra persona te vuelve paranoica, el primer día de escuela no me alejé ni por un segundo del teléfono por si ocurría cualquier accidente.

- Espero que cuando Minmin empiece la escuela sepa afrontarlo, no tenemos planeado llevarla a una guardería y nunca ha estado sin los dos padres al mismo tiempo- miró de reojo a la bebé que observaba hipnotizada por la ventana. Jimin había decido esperar un poco a encontrar trabajo y el aumento de salario había dejado a parte esa preocupación, convirtiéndola completamente en una decisión personal, vivían bien aunque muy justos de dinero- ¡Hemos llegado!

- ¡Bye bye, señor Min!- los niños bajaron corriendo, reuniéndose con sus compañeros en la puerta y entrando seguros.

- Vayamos al centro comercial- la mujer reanudó la conversación unos minutos después- Me contó mi marido que compones música.

- Ah, bueno, durante este año no he hecho mucho- se rascó la nuca decepcionado consigo mismo- Alguna que otra audición fallida... ya no le dedico mucho tiempo.

- Le entiendo- suspiró bajito- Tenía una brillante carrera de pianista pero... quedé embarazada y ahora volver me parece solo un tonto sueño- sonrió rompiendo el contacto visual- Eso fue hace más de una década- un sudor frío bajó por la espalda del alfa, como si una pequeña campanita le avisara del paso del tiempo, de la dirección quizás torcida que había tomado su vida en esos meses, ya no tan dirigida a un punto exacto. A su sueño.

Mierda, una vez perdió le estudio y el antro cerró, le fue imposible hacer contactos o música de forma profesional. Entre el trabajo y Minmin el tiempo había volado sin que se diera cuenta, sentía que su juventud se le escapaba de las manos como arena. Mierda, ¿qué estoy haciendo con mi vida? En una roca que no se mueve crece musgo, él lo sabía, él había escrito ese verso hace años. ¡Despierta!

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- ¿Te acuerdas de la audición?- aprovechó el descanso del almuerzo para llamar a su hermano.

- ¿Sí? Me dijiste que no estabas interesado- Geumjae rió al escuchar los soniditos de su sobrina demandando más comida.

- Mándame la información, le daré una última oportunidad, ¡Minmin si manchas el auto despídete de Bubuá!- sus ojitos se abrieron en miedo- ¡Exacto!- aprovechó su estado para meterle otra cucharada llena.

- Sigue asombrándome como duermen los cuatro en ese colchón- con cuatro se refería a los padres, la hija y el peluche gigante de osito, Bubuá.

- La pobreza- colgó sin despedirse y le limpió la boquita a la niña- Vamos princesa, la última- ella cerró fuertemente los labios- Mira, yo se que te hice ilusiones y que el puré de zanahoria es una mierda, a veces la vida va de eso, de hacer cosas que no queremos porque merecen la pena. Y tu debes crecer fuerte, necesitas verduras- la cachorra negó- Papá no tiene muchas oportunidades de cuidarte, ¡piensa en eso! ¡Hay que aprovechar el momento! ¡Carpe Diem!- le estaba hablando latín a un bebé.

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