"Estoy cansada de ser poco natural todo el rato y no poder hacer lo que quiero. Estoy cansada de actuar como si no comiese más que un pajarito, estoy cansada de caminar cuando quiero correr o decir que me siento débil después de un vals, cuando podría bailar dos días seguidos y no cansarme". - Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell
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Apenas podía mantener sus ojos abiertos y sus rodillas flaqueaban por culpa del cansancio.
Prissy no podía dejar de hablar y Scarlett ni siquiera comprendía la mitad de las palabras que parecían no cesar nunca.
Jeremy mantenía la mirada fijada en ningún sitio en particular mientras suspiraba ante lo que decía su hermana.
-Oh, Jeremy... No creo que puedas comprenderme, pero el señor Chadburn es el hombre más encantador que he conocido. Sus ojos me miraban llenos de... - por un momento no supo qué decir y sus ojos relucieron con renovado entusiasmo cuando la palabra correcta acudió a su mente -, llenos de... ¡Una intensa pasión!
Scarlett observó a su hermana sin disimular su absoluta repugnancia.
-Eso no es una mirada de intensa pasión... ¡Esa es la mirada de un depredador! - exclamó horrorizada al imaginar los ojos del señor Chadburn relucientes de deseo.
-Sé de lo que hablo, querida hermana y estoy segura de que nos volveremos a reunir. Nadie es capaz de simular tal afecto por una persona si no siente los debidos sentimientos.
Scarlett soltó un soplido mientras buscaba la mirada de Jeremy para recibir apoyo.
-Te diré lo único que siente ese hombre... ¡Deseo!
Prissy sonrió llena de una absoluta delicia mientras en su cabeza una serie de imágenes transcurrieron con rapidez.
Sin duda, la vida junto a ese apuesto hombre sería maravillosa.
-¿De amarme, quizás? - preguntó soltando una pequeña carcajada llena de sueños que probablemente nunca podrían cumplirse-. De sostenerme entre sus brazos mientras me susurra la poesía más romántica que alguien jamás haya podido escuchar...
-¡No! - gritó Scarlett demasiado fuerte -. ¡Deseo de meterse entre tus piernas!
La señora Spencer clavó su mirada en su hija mayor con absoluta sorpresa que pasó a ser furia en cuestión de segundos.
-¡Scarlett! - dijo con voz aguda-. ¡No permitiré este vocabulario dentro de mi casa! El señor Chadburn es un hombre respetable y honorable... Viene de una buena familia de Londres y que yo sepa, no hay nada sobre él que pueda dañar la reputación de mi querida Prissy.
Scarlett abrió los ojos incrédula por lo que acababa de escuchar.
¿Podría ser que estuviera defendiendo a ese hombre?
Ese hombre que tan solo sabía colocar su cabeza debajo de las faldas de las jóvenes inocentes que desafortunadamente caían en la tentación y cometían pecado.
No. Prissy nunca sería una de ellas.
«¿Qué puedo hacer? Si mi madre le da la aprobación al señor Chadburn, Prissy podrá reunirse con él siempre que así lo desee...»
-No se en que mundo vives puesto que todos los escándalos lo rodean. Especialmente, los que tienen a ver con jóvenes como mi hermana... - añadió con una nota de temor sabiendo el terrible desenlace que podría tener todo aquello.
Prissy frunció el ceño llena de enfado al escuchar tales palabras hundir a la querida persona que era el señor Chadburn.
-No permitiré que hables de esa forma tan... horrible sobre él. No pienso dejar que su reputación se vaya a pique solo por una joven que cree que es mejor que todos los demás. -dijo mirando fijamente a Scarlett -. Te has estado comportando de forma indebida estas últimas semanas y no logro comprender la razón. ¿Crees que eres la más desdichada de todas? ¿Crees que eres la única que se hunde en este mundo donde nadie repara ni toma en cuenta nuestras opiniones? Simplemente no lo permitiré.
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Una imposible decisión
Historical FictionScarlett Spencer está destinada a casarse con el futuro duque de Hertfordshire. Aunque aún no es oficial, Gregory Ashwood ya se ha fijado en ella y todo indica a que pronto se convertirá en duquesa. Pese a la felicidad de su madre y su hermana Priss...