En otra vida 2

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Años atrás.

Rusia: México, hoy tenemos que ir a dejar la comida, por favor cámbiate, no quiero volver a llegar tarde – lo decía mientras le intentaba quitar la cobija, era difícil levantarlo, ni siquiera lo que paso le quito la impuntualidad.

México: Ve tu solo, tengo sueño – se volvió a tapar, pero con la almohada, lo senté y le quité la camisa.

Rusia: Las marcas ya no se te notan – al terminar de hablar fui por ropa para él.

México: Maldito poste pervertido.

Rusia: Yo hablaba de las que te hiciste en el accidente con el carro, no sé de qué hablas tú, mal pensado – me reí de su comentario y de cómo su cara se coloraba, le entregué la ropa y él se cambió.

Durante el camino matamos algunas de esas cosas, al llegar al lugar de entrega pudimos ver a los niños correr en el lugar, era un lugar perfecto para vivir, si es que eso existe, dejamos la caja con verduras y como siempre nos ofrecieron quedarnos, siempre nos negamos, pero al parecer harían una fiesta, aceptamos para divertirnos un poco, al entrar lo primero que nos dan son dos camisas, nos generó gracia que fueran las caras de nuestros antiguos presidentes; bailamos, tomamos y nos divertimos, algo que no habíamos podido hacer, una chica que antes trabajo haciendo tatuajes nos dio la loca idea de hacernos uno, estábamos tomados, así que realmente no nos importó, un tatuaje en el meñique, nos reímos un poco, salimos y nos tomaron una foto, esa noche la pasamos en el lugar, no querían que dos "locos", como nos llamaban, salieran a conducir.

Otro día, nos despedimos de todos, salimos rumbo a nuestra casa, el camino fue tranquilo, demasiado, llegamos a esa pequeña, pero hermosa casa a la mitad del bosque, donde aún no habían llegado esas cosas, pasan dos días, pusimos música a un volumen bajo y acomodamos nuestro desastre, hojas llenas de dibujos, cuadros en el piso, libretas y libros llenos de historias, llegamos a nuestra habitación, que estaba aún peor, solo recogimos un poco, estábamos cansados de la sala y cocina.

De nuevo teníamos que llevar cosas, hoy seria ropa, pasaríamos a la cuidad y la tomaríamos de los locales abandonados, todo hubiera sido como siempre, entramos cuidándonos las espaldas, tomar la ropa, salir e irnos a dejarla, todo hubiera sido así de no ser por un sonido de la radio, capto la señal de dos personas o mejor dicho dos countrys, dos que conocíamos muy bien, pedían ayuda para poder salir de un lugar cercano, lo conocíamos a la perfección, pero ese lugar era demasiado peligroso, la mayoría de las bestias estaban en ese lugar, entrar en el seria la muerte segura, nos miramos, yo solo los dejaría morir, después de unos años tendrían otra representación, pero él no pensaba lo mismo.

México: Tenemos que ayudarlos – su mirada era triste, quería salvarlos, pero era muy riesgoso, era un milagro que siguieran vivos y yo no lo arriesgaría a él por ellos, él era mi todo.

Rusia: Estas loco, los que entran en ese lugar ya no regresas, no nos vamos a arriesgar – me metí al auto y lo arranque, espere a que subiera, lo hizo, pero no estaba feliz.

El camino fue silencioso, no dijimos ni una palabra, tendría que buscar la forma de arreglarlo, no me gustaba estar enojado con él, era un infierno, su silencio era una tortura para mí, él era mi acompañante, mi amigo, mi pareja, mi amante y mi todo, despertaba para verlo sonreír, para reírnos de cosas, olvidar lo mierda que se ha vuelto el mundo, tener que soportar su silencio era mucho, tal obvio fue lo enojado que estaba que ni siquiera nos preguntaron, no lo propusieron, no insistieron, nada, solo guardaron silencio, el regreso a casa fue peor, al llegar solo se encerró en el cuarto, escuchaba que movía cosas, intente entrar, pero no me dejo, solo respondía que quería estar solo, lo deje, no quería hacerlo enojar más; la noche por fin llego, la luna brillaba, la cafetera anunciaba con un silbido que el agua ya estaba lista, el calor de la chimenea rodeaba la sala, pero era frio, faltaba algo, ese algo que lo hacía especia o alguien, no podía sentir el calor, solo la soledad, quite el agua del fuego y el lugar fue invadido por el silencio, la noche hubiera sido larga y silenciosa, de no ser por el sonido de la puerta abriéndose, deje todo para correr a ver si había salido, lo vi, con dos mochilas, me entrego una, la tome muy confundido.

Coutryhumans (Rusmex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora