4. Noches de soledad

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Jungkook POV



Me paré en la puerta de mi casa, con mi valija en mano y tiré el cigarro que acababa de fumarme, un auto con vidrios oscuros se detuvo justo delante de mí, en la acera pegado a la vereda. Estaba listo para meter mi valija en el baúl del auto cuando alguien me llamó desde la puerta.

- Jungkook... - dijo Taehyung mirándome desde los escalones de la entrada. Yo le observé, tenía una mirada triste, decaída - ¿Seguro que estarás bien?

- Voy a con mi madre, no es como si fuera muy distinto a las demás veces.

- Sí, lo sé... pero estoy preocupado por ti, ya ni hablas con nosotros... - bajó su mirada, observando mi valija - ¿Tantas cosas te llevas? – no era la misma valija que siempre llevaba, era una más grande. Me encogí de hombros, prefiriendo no responder nada al respecto.

- Te avisaré cuando llegue – abrí el baúl del auto y metí la valija dentro, estaba terriblemente pesada. Cerré el baúl de un golpe y volví a mirar a mi amigo – Ten una buena navidad. Saluda a los chicos de mi parte - Caminé hasta la puerta del copiloto.

- Jungkook – volvió a hablarme y yo sólo me detuve pero ain voltearme a verle – No volverás, ¿cierto?

No estaba seguro cómo había supuesto eso, porque sabía que no había entrado a mi habitación aún para notar que ya no había nada allí. Tal vez había sido el detalle de la valija y las vibras de despedida en mi actitud.

No le respondí, ni si quiera le miré. No era que quisiera castigarle o dañarle, pero tampoco podía decirle lo que sucedía exactamente, no tenía sentido y después de todo era demasiado tarde.

Decidí que mi silencio era suficiente para que él supiera la respuesta.

Entré al auto, acomodándome sobre el asiento del copiloto una vez cerré la puerta.

El auto arrancó, alejándonos de mi antigua casa y yo me dispuse a bajar la ventanilla para que el viento de ese día golpeara en mi cara en un intento por querer sentir algo. Apoyé mi brazo en el borde de la puerta y mi mentón sobre mi mano.

- ¿Estás nostálgico? – preguntó Yugyeom, quien tenía su atención al frente, moviendo sus manos sobre el volante. Me quedé unos segundos en silencio, mirando cómo la gente caminaba. Allá afuera todos parecían seguir con sus vidas.

- A esta altura ya nada me interesa – respondí con sinceridad y un tono apagado. No era como si quisiera volver a la universidad tampoco, ni como si tuviera algún sentido extrañar mi vida allí. 

Había estado sufriendo tanto que a medida que el tiempo había pasado las emociones se adormecían aún más en mi interior.

Yugyeom tomó la avenida que llevaba a la central de buses, la misma que pasaba por el frente de nuestra universidad.

Miré cómo la imponente edificación se iba acercando, los árboles altos, las palmeras alzándose y tapando el sol que daba a mis ojos por momentos.

El frío del invierno no le había sacado la brillantez al ambiente de playa a Busan.

Baje mis ojos de la altura de los departamentos de la universidad y Yugyeom volvió a hablar.

- ¿Incluso eso ya no te interesa? – preguntó. Le observé, él estaba mirando hacia afuera, entonces volví mi atención a la gente que estaba caminando por las afueras de mi antiguo lugar de estudio. Sentí mi corazón detenerse por un instante, provocándome un estremecimiento en todo el cuerpo, como si el piso hubiera temblado bajo mis pies.

Vi a Jimin, quien parecía estar por cruzar la calle, esperando a que el semáforo lo indicara.

Mordí mi labio inferior, soportando las ganas súbitas de llorar. Quería bajarme del auto y abrazarle, decirle que no dejara que me fuera, que me detuviera, porque no quería alejarme para siempre de él. 

• Te sigo a la oscura perdición, cariño (Parte II) ~ [KOOKMIN] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora