35. El momento de cambiar todo

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De haber estado la opción de no hacerlo, Jungkook hubiera decidido seguir con su vida como estaba, y era lo que había planeado.

Luego de que Wooyoung se fuera de su vida había puesto su mente y corazón en el futuro, en planear lo que quería para su vida además de tener a Jimin en ella.

No esperaba que Yugyeom le soltase una bomba de tal magnitud. Aquella bomba estalló en forma de miles de emociones tan turbulentas y ruidosas que hubiera deseado poder evitar. Jamás hubiera si quiero fantaseado con la opción de que el azabache se declarase culpable. Aquello sólo estaba en sus sueños, al menos al principio de todo.

Cuando apenas había sido abusado, el infierno se desató y le emboscó. Era tan agobiante que sentía que quería ser incinerado por las llamas hasta convertirse en ceniza y perderse para siempre, desaparecer sin dejar rastro, como si su propia existencia nunca hubiera sido verdad. 

Yugyeom le había obligado a mantenerse vivo, al principio sólo para escarmentarle, y Jungkook sentía como si le estuviesen obligando a arrastrarse una y otra vez sobre trozos de vidrio roto mientras su piel se desgarraba y sangraba, lo suficiente para provocarle un dolor desesperante pero no lo suficiente como para permitirle morir.

Más tarde, todo lo que hizo Yugyeom fue convertirse en un aliado, una especie de cómplice que había decidido sacarle de aquel camino de vidrios para darle una mano. En ese momento desconocía la razón, le confundía pero agradecía que se hubiese apiadado de él, porque Jungkook lloraba desesperado y en pánico por una ayuda, por un pequeño descanso de tanta maldición.

En ese momento, Jungkook no sabía que la razón de todo eso era que había un chico, del cual Yugyeom estaba enamorado, que le había hecho replantearse sus acciones.

Jungkook sentía que al final nunca había terminado de conocer realmente a las personas que le rodeaban. No sabía por qué Wooyoung jamás le había contado lo que le había sucedido, que había sido víctima de dos violaciones y que eso era lo que le había llevado a una vida tan lamentable, además de no tener familia y vivir siempre a cuestas de otros, ganándose la vida utilizando su cuerpo para poder sobrevivir. Hacía todo lo posible, y no había nada que le doliera más que el saber que Wooyoung había trabajado tan duro en poder tener algo a lo que pudiera llamarle vida, pero aun así, hay algunas personas que simplemente no logran encontrar paz.

Jungkook estaba en ese camino, intentando buscar su paz, aunque sabía que la vida estaba llena de subidas y bajadas, pero a pesar de todas las cosas tenía las ganas de seguir intentándolo.

La noticia de Yugyeom le había hecho perder la cabeza por unos minutos, y le mantuvo sudando de nervios los días siguientes.

Para cuando había sucedido lo de Soojin, recordaba estar con la soga al cuello en la expectativa de recibir los resultados de las pruebas de ADN. Había sido un milagro que las muestras del feto de Soojin no fuesen compatibles con las de Jungkook, porque de lo contrario el ser acusado de abuso sexual hubiera sido bastante prometedor y él no tenía manera de poder defenderse, cualquiera que pudiese funcionar de testigo hubiera hablado en su contra.

No le deseaba pasar por eso a nadie. En líneas generales, tener que pasar por un procedimiento legal era complicado y en gran medida estresante. En su lugar como víctima de un crimen como lo era una violación, el tratar este caso como debía de ser tratado sólo le traía demasiada ansiedad, los recuerdos y las sensaciones se removían de tal manera que eran un fastidio.

Agradecía tener a Jimin y a su madre a su lado en esos momentos.

Fue acompañado por ambos a la fiscalía cuando fue citado e informado sobre la apertura del caso.

• Te sigo a la oscura perdición, cariño (Parte II) ~ [KOOKMIN] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora