Capitulo 33 < >>>>>

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Narra Rubius

El me apretaba fuertemente entre sus brazos, aun no podía creerlo… sentía que todo era un jodido sueño del que cualquier momento tendría que despertar y como siempre lo hacía comenzaría a llorar porque no era real. Solo deseaba que si era uno de esos sueños que este… al menos fuera eterno…

Su calor, su olor… su todo… tenía que ser verdad! Nada podía compararse con el! Ni siquiera el mejor sueño… me separe de nuestro necesitado y apasionado beso un momento para mirarlo, repetirme y concientizarme que es real…

Sentía las tibias lagrimas caer por mi rostro, lágrimas de felicidad, lágrimas de dolor contenido por tanto tiempo! Me besaba, acariciaba y abrazaba como nunca antes… creo que igual que yo no podía creerse que esto era real! Simple! Estábamos juntos de nuevo y ambos llorábamos como nunca! Rodee su cuello con mis brazos y hundí mi cabeza en el mientras aspiraba su dulce olor y sentía su suave piel rosar contra mi cara

Las palabras no hacían falta en ese momento, las miradas adoloridas y de felicidad contenida eran suficientes en ese tan emotivo reencuentro! De nuevo volvimos a fundir nuestros labios en un apasionado y aún muy desesperado beso, comenzó a caminar sin dejar de besarme mientras yo rodeaba su cintura con mis piernas… poco me importaba hacia dónde íbamos! Solo quería aferrarme a él y nunca más… nunca más dejar que alguien lo aparte de mi lado

Sentí como con delicadeza era recostado en una suave cama… Abrí los ojos y vi como Mangel estaba encima de mí, en ese momento le deseaba tanto que ya la ropa sin mayor roce me comenzaba a molestar…

Beso mi cuello con ternura, sin morder… sin salvajismo! Todo era amor y ternura en ese momento, bajaba poco a poco hasta que mi camisa se le hizo un obstáculo y lentamente, botón a botón fue quitándola… cuando ya no quedaba ninguno me levanto con una de sus manos y la saco sin que yo hiciera el mas mínimo movimiento…

Sus besos pasaron de mi cuello a ahora mi desnudo abdomen, un camino de besos que hizo una parada en mi pezones… siguió bajando hasta llegar a mi pantalón que al contrario de la camisa fue retirado con un poco más de desesperación junto mis boxers, pero sin quitar la ternura y el amor que ponía en cada una de sus acciones… yo estaba duro, su toque era algo que me volvía loco…

Cuando estaba completamente desnudo se detuvo un momento para apreciarme, me sonroje un poco y aun las lágrimas no paraban de salir, estire mi mano para acariciar su cara y darle algún tipo de aprobación aunque estaba seguro que él no la necesitaba…

- Te amo… - Se acercó a mi rostro y deposito un pequeño beso en mis labios y de nuevo lo repitió – Te amo Rubén! – Su mano se dirigió a mi bien formada erección y comenzó a estimularla lo que me provocaba fuertes gemidos… solo él podía provocar todas las sensaciones que mi cuerpo estaba experimentando, sensaciones que dudaba la mínima posibilidad de volver a sentir algún día!

Acercó su boca a mi erección y beso toda su extensión, solo podía gemir y cerrar los ojos con fuerza por todo el placer que sentía! Creo que él no podía soportarlo más porque mientras me masturbaba el comenzó con su mano libre a desabrochar su pantalón… lo bajo un poco y pude darme cuenta que él tenía una erección peor que la mía…

Dejo de masturbarme y se sentó en la cama atrayéndome con él, quedando justamente sentado encima de su cadera, me aferre a su cuello y él sin aguantar un solo segundo más y sin ninguna preparación, aunque poco me importo, me penetro desesperadamente… hace tanto tiempo que no uníamos nuestros cuerpos de esta manera. Amos nos necesitamos y ahora por fin podíamos complementarnos de nuevo… lo amaba, definitivamente lo amaba más de lo que él o yo mismo nos pudiéramos imaginar

Nadie Elige De Quien Se Enamora (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora