-Ya casi llegamos! – Corrieron hasta alcanzar las escaleras, y subieron uno por uno.
- ¡Oh Quigley, estoy tan feliz! Al fin logramos salir de ese oscuro lugar – La chica abrazo a su amigo, haciendo que este se sonrojara un poco y le devolviera el abrazo. – Vamos, investiguemos la casa-
Lo primero que vieron fue una gran sala, llena de jaulas vacías y muy desordenada.
-Que crees que haya pasado aquí? -, pregunto el muchacho mientras examinaba una repisa. -Quien sabe, parece que hubo alguna pelea o algo parecido...-
Escucharon el sonido de una bicicleta y corrieron inmediatamente hacia la entrada, observando como el vehículo se alejaba lentamente. Arabella abrió la puerta, desenvolvió el periódico, y luego de leerlo por un par de minutos su alegre sonrisa se torno a una triste mueca.
- ¿Qué pasa, dice algo malo? -
-No te va a gustar nada-
-No importa, dámelo-
-Estas seguro? -
-Al cien por ciento-
El muchacho le arrebato el periódico a Arabella. Simplemente no podía creer lo que estaba sucediendo. Sus padres... estaban muertos. Lo único bueno era que sus hermanos estaban bien. -Lo siento mucho Quigley de verdad, sabes que estoy contigo para...- Quigley no lo pensó dos veces y se lanzó a los brazos de su compañera. – Tranquilo, todo estará bien...ya pasó, ya pasó, ¡estas manchando mi vestido Quigley! – La indiferente aparto al chico bruscamente y se limpió las lágrimas. – Oh espera, lo siento tanto, este no es un momento para pensar en vestidos. -
Ara volvió a colocar al muchacho sobre su hombro. A Quigley le molesto bastante la anterior acción, pero se tranquilizó al estar de nuevo con su querida amiga, abrazados, juntos.
Arabella:
Había actuado bastante mal hace un par de segundos. Comencé a evaluar lo indiferente que fui con él, acaba de enterarse de que sus padres han muerto. Los míos también lo están, aparecieron en la segunda plana. Pero contarle aquello solo iba a empeorar la situación. Decidí quedarme callada.
Le pregunte si tenía hambre mientras lo llevaba a la mesa e la cocina, de verdad que le había afectado todo esto. Bus que comida, pero lo único que encontré fueron latas de durazno por montones. La abría, mientras miraba como el sollozaba con la cabeza entre sus brazos.
-Toma, come algo-, le dije mientras despeinada su cabello.
-No tengo hambre-, fue su única respuesta.
-Si al final quieres, esta sobre aquella repisa- señale, mientras me iba lentamente. No me gustaría intervenir en el espacio personal de Quigley. Ni de nadie. Soy una persona que respeta mucho la privacidad de otros.
Subía lentamente las escaleras mientras tocaba las paredes. Había un cuadro de un piano, y un reloj que hacia mucho ruido. Entre en una habitación con dos camas. Había también armarios, uno con ropa de chica, y otro con ropa de chico y un cajón con atuendos para bebé. También entre a una habitación, con muchos libros interesantes.
-Quigley, mira lo que encontré...! - Llegaba cargada de libros ropa, comida y mas cosas que había descubierto, pero lo solté todo y sonreí de oreja a oreja al notar a Quigley, comiendo ''salvajemente '' el durazno enlatado.
-Que bueno que ya te animaste a comer-
-Siéndote sincero, tenía mucha hambre-
Los dos reímos. Quigley era un chico bastante lindo y tierno, pero lo mejor, era una buena compañía. Se vería bastante bien en un atuendo azul que encontré.
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Do I make You Nervous? [Quigley Quagmire - Dylan Kingwell]
RomanceEste sera un fanfic con Quigley Quagmire, de ''una serie de eventos desafortunados'' La protagonista es Arabella Futterknecht, pero pueden cambiarle el nombre o apellido al que quieran con su imaginación.