Pociones

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Nico di Angelo, respetado y temido por todos, Slytherin estrella y prefecto de su Casa, no podía creer lo ridículo de su situación.

Si alguien le hubiese dicho que terminaría empatando el primer lugar en Pociones, habría esperado que fuese Piper, su compañera de clases, o incluso Annabeth, la sabelotodo de Ravenclaw, su contrincante.
No Solace. Un hufflepuff.

Aquel rubio no parecía tener otra cosa que oxígeno dentro de aquel cráneo de rubios cabellos, y Nico sabía que Apolo, su profesor, era el padre de Will, por lo que estaba convencido de que el favoritismo había entrado en juego.

Por ello, no dudó en confrontar al rubio en pleno pasillo.

No esperaba recibir una risilla como toda contestación a sus reclamos, y por eso, - porque no había otra razón- , terminó sonrojándose.

"Te ves adorable de color rojo", le había dicho Will con una sonrisa bonachona...

Y era por eso que odiaba a los Hufflepuffs. Bueno, eso y que Percy también estaba ahí.
Percy era otro hecho a agregar a la lista del por qué detestar a Hufflepuff.

Es más, de no ser por el hecho de que ahí residía su Hazel, habría hecho ya una campaña para derrocar esa Casa y nombrar a los Slytherin como reyes supremos...

Bueno, el punto era que Nico se tomó muy personalmente aquellas palabras del rubio, sacando furioso su varita y lanzándole un gran Confundus a Will, quien terminó vomitando en la enfermería.

Nico no se sintió mal por él. No, claro que no. Él sabía que el chico de los ojos de cielo amaba la enfermería.
No es como si lo hubiese observado ayudando a Hestia, la enfermera. Hazel se lo comentó. Nada más.

El punto era que Hermes, el jefe de su Casa, le restó 10 puntos por aquello, pero, diciéndole que nunca había creído poder presenciarlo perdiendo el control, le dio 20 puntos, alegando que disfrutar de la juventud era razón suficiente para una compensación.

Dionisio, por otro lado, decidió conveniente darle un castigo, consistiendo este, en limpiar, sin magia, la lechucería de Hogwarts.

Nico estaba seguro de que el celador sólo quería deshacerse de uno más de sus labores, pero teniendo en cuenta, de que pudo haber terminado en el bosque perdido, en búsqueda de unicornios desangrados, decidió conveniente no quejarse.


Mientras refregaba con un trapo la pared llena de manchas blancas y grumosas, sintió una presencia entrar al lugar.  Y la habría hecho salir de ahí a patadas, de no ser por el hecho de reconocer aquel aura brillante, perteneciente a Solace.

De todas formas, lo ignoró, pues lo más probable era que planeaba mandar alguna carta.
No es como si el azabache quisiera que hubiese ido por él. No.
Solo que no era común verlo en el lugar de su castigo...

— ¿Quieres ayuda con eso?— Nico, sin necesidad de voltear a verlo, pudo sentir la sonrisa del rubio.

Se encogió de hombros como toda respuesta, sin despegar su vista del punto que llevaba limpio ya por algunos segundos, y que seguía refregando con fervor.

Más tarde se daría cuenta de su error, pues se cacharía viendo de reojo a la mueca de asco del rubio mientras este limpiaba las jaulas de las lechuzas. En serio parecía un acosador... era una suerte que Will fuese un ciego.

Por otro lado, cuando el azabache le preguntó por qué no usaba magia para limpiar, el rubio le había sonreído y dicho que eso no sería justo para Nico, causando en el Slytherin, su segundo sonrojo de la semana...

Al finalizar de limpiar, Nico se encontró tumbado en el piso, jadeando por el cansancio, seguro de que sus brazos no tardarían en deshacerse en polvo.
Tumbado a su lado se encontraba Will, quien se había deshecho de su túnica y lo único que lo revelaba como Hufflepuff, era su corbata mal atada sobre su, ya arrugada, camisa.

Nico también se había deshecho de su túnica, pero a diferencia de Will, su camisa y corbata seguían impolutas, incluso si se hubiese arremangado las mangas hasta los codos...

Ahí, mirando al techo de la lechucería, se dió cuenta de que el ambiente al estar con Will, era muy cómodo y familiar. Como si estuviesen destinados a mirar juntos aquel techo en mal estado.

Will lo rodeó con uno de sus brazos, y Nico, el cara de; odio-el-contacto-físico-, incluso terminó apoyando su cabeza en el hombro del más alto.

Tal vez tendría que aceptar que Hazel no era la única Hufflepuff que valía la pena...

Solangelo en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora