El pozo

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Me gusta tocar fondo, realmente creo que desarrollé adición por el sentimiento desgarrador que se aloja en el fondo de un hoyo lleno de oscuridad, el final de esa misma oscuridad.
Cuando estás sobre tu espalda sin poder moverte, sintiéndolo todo y nada al mismo tiempo, el fondo del pozo, por fin llegaste al fin del pozo que parecía no tener tope.
Llegaste y quizás incluso un poco ebria, y con esto me refiero esa sensación de ebriedad en la que se liberan los sentimientos guardados sin poder contenerlos ni un minuto más dentro de tu corazón.
Y es ahí, ese preciso momento, un poco ebria, un poco dolorida, un poco sentimental y al mismo tiempo vacía, cuando no te queda opción que mirar hacia arriba, y entonces, logras visualizar la luz que se filtra por el principio del pozo y una vez con la vista clara, decides emprender ese nuevo camino en busca de la luz.

Quien me sostieneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora