III: ¿Te lo explico a Besos?

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Seis meses...

Imaginarlo con un cabrón definitivamente no era nada comparado con vivirlo en carne propia.

Aquel día había decidido ir, saliendo del trabajo, con algunos de mis empleados y amigos del hospital a un café cercano a la clínica.

Grave error.

Todo iba bien, nos encontrábamos platicando, relajándonos después de una semana saturada de trabajo, riendo de algunas cosas que nos habían sucedido y también recordando aquellas situaciones que no habían sido tan agradables pero que supimos resolver asertivamente; repito, todo iba bien hasta que mis ojos se dirigieron a la mesa que estaba al frente de mí.

Justo delante de mis narices, mi Taemin estaba coqueteando abiertamente con uno de mis empleados; MI EMPLEADO, no era nada más especial que eso. Claro, debía admitir que mi niño sabía elegir muy bien a sus presas, porque ese era uno de los mejores doctores que tenía; inteligente, era rico, muy bien parecido, de buena familia... en fin, el chico era de pedigree; pero aquello no evitó que los celos me comieran vivo cuando lo vi babeando por mi futuro esposo. Sobre todo, quería arrancar con mis propios dientes aquella asquerosa mano que acarició sexualmente la linda espalda baja de Taemin provocándole un perfecto sonrojo en las mejillas.

No lo pensé más, nada me importó al verlos reír, tomarse de las manos y levantarse dispuestos a irse. No iba a permitir que un simple doctor de planta tocara lo que era mío.

- Dr. Choi.

¡Maldito seas destino de mierda!

- Dr. Choi.

- Sra. Brown que maravilla verle aquí.

- Lo sé, es una hermosa coincidencia – comentó mi clienta con una sonrisa tonta mientras se acariciaba el prominente vientre – A Junior le dio antojo de crepas dulces.

¡Sí, sí! Sra. Brown no me interesa mucho en estos momentos que quiera su hijo. Necesito ir por mi bebé antes de que ese idiota se lo coma a él.

- Muchas gracias Dr. Choi, sin usted esto jamás sería posible.

Aquel tono dulce en su voz me hizo verla a los ojos realmente, la felicidad era genuina; eso calmo un poco mi ansiedad. Después de un par más de agradecimientos y sonrisas, por fin fui libre, pero justo cuando proseguí a hacer lo que debía, mi hermoso objetivo había desaparecido con un doctorcillo de cuarta. Esperaba que ese idiota no durara más de 3 minutos o se atreviera a dejar chupetones en esa hermosa piel, porque me encargaría de que jamás volviera a encontrar trabajo en Corea o en Europa.




Un año...

¿Crees que el destino es cruel con tu vida amorosa solo porque el tonto de tu crush está enamorado de alguien más? Cosita...

- Minho.

- ¡¿Qué?!

- Ya rompiste otra copa.

- Fue sin querer Yoona.

- ¿En serio? ¿Qué tienes Ming? Estas muy distraído. Sabes que puedes contarme lo que sea.

Esto no Yoona, no cuando crees ingenuamente que quiero casarme contigo y lo único que deseo es ir y matar al idiota de tu hermano por estar bailando con Taemin.

Todo había pasado tan rápido, que no supe realmente cómo sucedió. De hecho, seguía en shock.

Se suponía que esta salida era para despejarme, pues ya llevaba un año "detrás" de Taemin y el destino siempre se encargaba de arruinarlo; al parecer este día no fue la excepción.

¿TE LO EXPLICO CON ORGASMOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora