Estaba dispuesta a hacer lo que fuera, en ese momento, para que nadie tuviera el poder que cambiarme la vida sin razones.
Lo primero que me vino a la cabeza fue mudarme, pero cuando lo pense un segundo me di cuenta de lo que estaba haciendo, estaba loca.
En realidad, si hice mi maleta, pero no para mudarme si no para ESCAPARME. Lo que no sabia era donde ir, donde vivir, con quien contar.. Sabia que tenia a mi mejor amiga, pero si iba a su casa, su madre llamaría a la mía.
Lo único que podía hacer era coger todos mis ahorros e irme antes de que mis padres dijeran de irnos.Y así lo hice.
Niall, me dijo que el vivía solo, ya que sus padres no estaban, y que su abuela era la que le compraba toda clase de necesidades y la que lo mantenía. Me sentí mal po lo de sus padres, yo eso no lo sabía, pero en el mismo instante, me alegre, porque una escapada con Niall, y teniendo a mi mejor amiga al lado, era lo mejor que me podía haber sucedido.
Sin pensarmelo dos veces, cogí mis cosas y me fuí.
Mis padres no sabían donde iba a estar o eso creía yo....
Voy a avisar a Sheila- dijo mi padre.
De acuerdo- respondió mi madre.
Cuando mi padre entró, vio que en mi cuarto no estaba y el sabía que de mi cuarto, yo no había salido. Pero vio la ventana abierta y al instante supo que me había escapado.
Lo primero que pensaron fue llamar a Janet porque suponían que estaría con ella...
Yo no había con Janet sobre esto, ya que fue una reacción tan rápida que no me dio tiempo ni a pensar lo que me podía suceder.
Janet, les dijó que con ella no estaba, pero que lo más seguro, fuera que estuviera con el, ese chico tan maravilloso, del que yo me había enamorado y mis padres no aguantaban.
Janet les dió la dirección de Niall, y como pensais, SI, fueron a buscarme.
Yo no podía creer que me hubieran encontrado, pero no pensé que aunque ellos no me encontrarán, la policía, si lo haría y tarde o temprano acabaría estando en mismo aprieto que hace dos horas.
Al encontrarme, tenían aún más ganas de alejarme de el. Vinieron con la furgo, con todos los muebles y todas nuestras cosas.
No pude evitar, que me obligaran a subir y cuando ibamos camino a esa "agradable nueva casa", derroché a llorar por todo lo que dejaba atrás.
