<¿Por qué en este mundo personas tienen que temer a otras? ¿Por un título? ¿Por un cargo? Todos tenemos un cuerpo y una mente. Todos somos iguales.>
-Alicia, tu demencia no tiene límite.- digo, riendo y pegándole un puñetazo en el brazo.
-Anda que la tuya, Maire.- dice, sonriendo con sus perfectos dientes.
Siempre me llama "Maire", como si lo digese en inglés. Ella tiene el pelo castañno, pero se lo tiñó de azul y con las puntas blancas.
-Tendrías que pensar en cambiarte el colo de tu pelo.- digo.
-Y tu tendrías que ir a que te revisaran esa cabeza.-
-Ya he ido.-
-¿Qué? No me habías dicho que ibas al loquero.-
-Pues hace ya tiempo que voy.-
-Bueno... dime una cosa.-
-Claro.-
-¿Por qué todos quieren meterse en mis bragas?.-
-Porque estas buena.-
-Y tu también y eres virgen.-
-Las violaciones no cuentan.-
Ya hemos llegado al instituto, ella repitió un surso, asi que vamos a aulas diferentes.
-Adiós, nos vemos luego.-
-Adiós, no estes mal.- digo.
Entro en mi clase y todos me miran.
-¿Algún problema? pregunto. Entonces Jose se levanta de su mesa y viene hacia mi.
Él es el típico golfo de hoy en día.
-Mireia... escucha.- susurra -¿Sabes qué me gustaría mucho?- Se acerca a mi oreja - proparte entera.
-¿Sabes qué me gustaría a mi?- me acerco a sus labios y le miro a los ojos -Darte una patada en los huevos.
Después todos se empiezan a reir y Jose se sonrroja. Me siento en mi sitio en la última fila, normalmente estoy sola, pero hoy hay un chico. me siento y no digo nada, el profesor entra y la clase de sociales empieza.
-Me llamo Álex.- genial, el niño me está hablando.
-Mireia.- digo. Realmente el chico no es feo, aunque parece más un peluche que podrías encima de la cama mas que un adolescente.
-Tengo 17 años...- dice
-Yo 16.-
Nos pasamos el resto de la clase sin hablarnos pero puedo ver que me mira de vez en cuando.
Tiene el pelo de un color rojizo, tipo Emo. Cuando toca el timbre tenemos que cambiar de aula y me dice:
-¿Qué tienes ahora?-
-Alemán-
-Yo también... hmm... ¿puedes ayudarme hoy? Soy nuevo.-
-Ya lo veo.- le sonrío. Su inocencia es muy mona.
Vamos a las clases y hoy nos tocan las mismas. Pasamos todo el día juntos y a la salida Alicia y yo le preguntamos que si quiere venir a dar una vuelta y accede.
-Bueno, mi historia es...
Vine aqui hace una semana, mi padré encontró trabajo, tampoco dejé mucho en Francia, mis compañeros me odiaban y... ya os podéis imaginar el resto. Sí, soy emo, y solo quiero encontrar a alguien en quién confiar.
Alicia me mira y yo le devuelvo la mirada, ya tenemos a nuestro mejor amigo.
-También soy gay.- dice.
-Bienvenido a Barcelona, Álex.- digo.
......
Alicia se va al psicólogo y Álex y yo nos vamos a mi casa mientras mi tía no está.
-Vives en una casa bonita.- dice.
-Gracias.- Vamos a mi habitación y empezamos a hablar sobre todo. Es genial, porque es como si le conociera de toda la vida.
-Mireia, ¿sabes? me sabe mal que tengas que vivir asi.-
-Estoy bien.- digo con voz firme.
-Mierda, te ha sentado mal.-
-Da igual.-
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Wonderland
Horror-Hola, princesa.- Sonríe de forma sarcástica. -¿Por qué?- pregunto. -¿Por qué intenté lesionarte? ¿Por qué te odio? ¿Por qué te quise?- -¿Por qué no me mataste?- -Porque me gusta hacerte sufrir.-