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A estas alturas Jaehyuk se replanteaba seriamente si había sido un buen día o no.

Logró distraer a Asahi en repetidas ocasiones (sin saber realmente como lo hizo, la mayoría de las situaciones carecieron de lógica totalmente) pero ya era hora de plantarse cara a cara con el muchachito y confesarle todo, porque no sabía cuanto más iba a soportar en el día por culpa de sus propios compañeros de grupo.

Pero antes, debía deshacerse de alguien.

Aprovechando que Asahi se fue junto a Yoshi y Junkyu a practicar, Jaehyuk se dirigió (ahora sí) a la habitación de Haruto. Una vez parado en frente de la puerta, tocó repetidas veces, arrugando su expresión cada vez más al ni siquiera recibir respuesta.

—Haruto, abre la puerta.

Silencio.

—Por favor, necesito hablar contigo-agregó.

Más silencio.

—ABRE LA MALDITA PUERT--

Y antes de que pudiera acabar el maravilloso cumplido, la puerta es abierta de par en par, logrando que Jaehyuk (quien estaba parado a centímetros de esta) quedara estampado contra la pared de al lado.

—Oh, ahí estabas-dice Ruto como si nada después de buscarlo con la mirada—Estaba esperando tu llegad--

—¡Traidor!—lo interrumpe el coreano una vez logra plantarse nuevamente frente a él, recibiendo una mirada de confusión.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No te hagas el tonto, ¡mandaste a los chicos a que le recordaran a Asahi sobre sus audífonos!

—¿QUÉ?

Ya en su límite, Jaehyuk comienza a golpear inútilmente el pecho del japonés, viéndose como un idiota pues este al ser unos cuantos centímetros mas alto que él solo lo hacía ver como un niño pequeño.

Haruto rueda los ojos y suspira, tomando al mayor por los hombros y estirando sus brazos hasta alejarlo lo suficiente como para poder encerrarse en su habitación otra vez.

—¡Haruto abre la puerta!—vuelve a exclamar mientras toca repetidas veces, sin recibir respuesta por obvias razones—Oh, hola Jeongwoo.

Después de escuchar aquel nombre el japonés estuvo a nada de casi arrancar la puerta, reprendiéndose a sí mismo segundos después por caer como tonto en las mentiras de Jaehyuk. Este último, pese a tener en cuenta que era inútil, procede a golpear consecutivamente el pecho del extranjero, quien vuelve a alejarlo como si nada.

—¡Ni siquiera sé de lo que estás hablando! ¿podrías al menos escucharme? Tengo buenas noticias—Yoon finalmente se detiene, mirando expectante al japonés. Este ultimo mete una de sus manos en el bolsillo interno de su chaqueta de jean; por un momento Jaehyuk pensó que Haruto por fin le confirmaría que era un mafioso que estaba a punto de matarlo por meterse repetidas veces con él, pero lo que le mostró lo hizo recobrar toda la esperanza que había perdido—¡Ta-dá!—exclamó, mostrándole orgullosamente al azabache los audífonos de Asahi.

—¿P-pero cómo?

—Me llevó más de medio día, pero gracias a internet pude arreglarlos. Solo necesité una soladora, una pistola de aire caliente, una poliolefina termoplástica libre de halógenos y cabello de unicornio, pero nada que no pudiera conseguir en casa.

—¡R-Ruto!—desbordando de emoción, Jaehyuk se abalanzó para abrazar a Haruto, quien solo se limitó a sonreír mientras acariciaba la espalda del mayor—M-muchas gracias, prometo compensártelo.

Headphones ||JaeSahi||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora