Together - Jikook au

♡ -ˏ 19

Hoy iba a salir con Jimin, no es como si no lo hubiera hecho antes pero, esta vez se sentía diferente.

Dos meses pasaron desde la vez que fuimos al concierto, y desde ahí nos acercamos más.

Las salidas se volvieron frecuentes, al igual que los desayunos en la universidad. De a poco todo iba cambiando, y me gustaba. Demasiado.

Era increíble poder estar más cerca de él, hablar cuando quisiéramos o sonreírnos cada vez que nos encontrábamos por los pasillos. Simplemente disfrutaba de cada momento.

Después de caminar unos cuantos minutos llegué al parque donde habíamos acordado encontrarnos. Busque por los alrededores pero no lo encontré, tal vez todavía no llegaba. Mire la hora en mi teléfono. Si, había llegado temprano otra vez.

Espere por no más de 5 minutos, cuando una cabellera rubia se apareció a lo lejos, sonreí a la vez que alzaba mi mano para poder indicarle dónde estaba. Él me vio y comenzó a caminar hacia mi.

Una vez estuvimos juntos, se sentó a mi lado. Fue allí donde pude notar una pequeña bolsa que tenía entre sus manos. Me sorprendió aquello.

— Hola — saludó normalmente a la vez que sonreía.

— Hola — le devolví el gesto con una sonrisa, también.

— Jungkook, te tengo una sorpresa — susurró con la vista al frente. En eso, tomo entre sus manos la bolsa que había dejado anteriormente a su lado. — Espero que te guste — sonreí, para luego tomar la bolsa y abrirla.

Mis ojos se abrieron al ver lo que esta contenía, no dudé en apurarme y sacar rápidamente lo que había dentro.

De verdad estaba sosteniendo entre mis manos unos de los álbumes de Bruno Mars, y encima mi favorito.

Tenía Doo-Wops & Hooligans en mis manos.

Sonreí incrédulo ante aquella sorpresa, no podía creerlo.

Dirigí mi mirada hacia Jimin, y no dudé en abalanzarme sobre él.

— Gracias, gracias, gracias — comencé a decir sin parar, la emoción que sentía era increíble.

— No es nada, me alegra saber que te gustó — dijo a la vez que afianzaba el agarre en mi espalda.

— Me encantó, mejor dicho — corregí a la vez que me separaba del abrazo y me acercaba esta vez a su rostro. — Gracias, por todo — susurré, para después cortar aquella pequeña distancia en un suave beso.

Tan solo fue un roce de nuestros labios, con la simpleza y dulzura suficiente para hacer estallar nuestros corazones.

Nos separamos, para sonreírnos y luego volver a abrazarnos.

Me gustaba mucho la sensación de estar en sus brazos, pero ahora que sabía lo que era besar sus labios, definitivamente quería repetirlo muchas veces más.