Sueños por cumplir

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En la cima de la montaña más alta del planeta el sol se ponía en el cielo despejado, pues las nubes quedaron abajo. La nieve adquiría tonos anaranjados, dando al hermoso panorama una visión tranquila e inmóvil, casi irreal.

Sin embargo, fría perfección de la escena se veía entorpecida por él.

Vestido con abrigos de colores, un hombre yacía abrazado a un bloque de hielo. Un bloque de hielo que formaba la punta absoluta del Everest.

A pesar de estar cubierto de nieve o de que sus pulmones no encontraran más oxígeno para respirar, él sonreía.

Había cumplido su último sueño. Él quería conquistar la cima del mundo, hacer algo grande antes de que su monótona vida terminara. Y lo había conseguido, el último objetivo de aquel soñador sin remedio se cumplió.

Dicen que de lo que más se arrepiente una persona es de lo que nunca hizo, y él no quería pensar en todas las ilusiones rotas cuando llegara a viejo, no quería arrepentirse de no haber hecho nada de lo que realmente deseaba. Esa fue su motivación para subir a la cumbre, que se elevaba sobre el resto de picos del Himalaya.

Y ahora, en la cima de la montaña más alta del planeta el sol desaparecía por el horizonte de un cielo estrellado, y el cuerpo sin vida de un hombre cuyas precipitadas ambiciones llevaron a la muerte, coronaba la cumbre.

Sueños por cumplir «Relato corto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora