MinJi tenía dieciocho años, había huido de su ciudad (que era más un pueblo, a decir verdad), un embarazo no deseado, sin lugar a dónde ir, dinero para una semana en un hotel, ahorros perdidos en una estafa, y una hueca promesa.
Fue todo lo que las cuatro amigas de YooHyeon descubrieron esa soleada mañana, mientras llevaban a su boca pedazos de un dulce y empalagoso pan francés que fue perdiendo su apetitoso sabor mientras más hablaba la omega. Un nudo se acrecentó en el estómago del cuarteto al verla morder sus labios cuando llegó a la parte donde explicaba su inesperado estado, no fue necesario siquiera que pidiera omitir la parte del padre, pues BoRa y Gahyeon quienes se había aposentado a su lado, sostuvieron su mano asegurando que no les debía la verdad.
—¿Tú confías en YooHyeon? ¿Así, de la nada?—GaHyeon parecía incrédula.
—Sí, lo hago.—Asintió MinJi cuando terminaron de hablar. Pensó que tendría que enfrentarse después al punto de vista de cada persona en la mesa, cosa que no quería en ese instante, deseaba rehuir cualquier sermón moralino sobre lo que estaba haciendo.
—Entonces yo confío en ustedes.—Le dijo la pelirosa, mostrándole una sincera sonrisa. YooHyeon parecía sorprendida.
Handong y SiYeon se miraron entre ellas inseguras de qué hacer o decir, se habían mantenido calladas todo el tiempo, únicamente escuchando el relato. Y es que en realidad no conocían a la chica, no tenían ningún consejo sabio para darle puesto que nunca estarían en la misma posición. ¿Cómo podrían aportar una útil opinión acerca de cómo sentirse y qué hacer, si ellas nunca cargarían a un bebé en sus entrañas? Ellos no tendrían que huir y aventurarse a lo desconocido con un hijo en vientre mientras dejaban volar sus sueños para verlos estrellarse en el firmamento en forma de estrella.
A la que sí conocían sin embargo, era a YooHyeon. Su hermana del alma, con quien habían crecido desde sexto grado, la misma a la que vieron lamentar la pérdida de un anhelado sueño que había creído muerto hasta ese momento.
La idea y la intención era algo agria, pero buena. Como la cerveza que las alfas compartían. Fue cuestión de mandarle una rápida mirada a su mejor amiga para avisarle que entre ellas tenían una charla pendiente.
—¡Déjenos ayudarlas!—Deprecó BoRa.—Podemos ayudarles a conseguirle trabajo a MinJi, hacerle compañía cuando YooHyeon esté hundida en su trabajo.—Sugería emocionada, con una GaHyeon igual de entusiasta, ésta sujetando las manos de la omega.—No estarás sola, MinJi. Déjanos ser tus amigas ¿Sí?—Suplicaba con las palmas juntas.
Para la alfa de YooHyeon, aquello figuraba una amenaza en ese plan que tanto quería. Pero también conocía a sus amigas, las había protegido de alfas idiotas en la secundaria antes de que se emparejaran ridículamente con sus otras amigas, fueron ellas las que estuvieron para ella en sus momentos más precarios.
Con un sólo vistazo, YooHyeon y MinJi se asintieron mutuamente, ambas convencidas de que la ayuda sería beneficiosa para ambas.
—Me encantaría ser su amiga.
He vuelto amigxs, la autora de kerosene es una muy buena persona y acepto pasarme los capítulos para subirlos :"> por favor denle mucho amor.
Estaré subiendo los capítulos con un poco más de rapidez uwu
ESTÁS LEYENDO
𝐊𝐞𝐫𝐨𝐬𝐞𝐧𝐞 || 𝚈𝚘𝚘𝙹𝚒/𝙹𝚒𝚈𝚘𝚘 𝚊𝚍𝚊𝚙𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘́𝚗
Fanfiction"YooHyeon es una huraño y terca alfa solitaria, que vive a las afueras de la ciudad, cómo encargada de un viñedo turístico. A su edad ella ya no mantiene ningún sueño enfrascado porqué todos estos se han roto a lo largo de su vida. El único sueño qu...