Sindromes

Prólogo

Era un sitio con poca iluminación, había sillas acomodadas como si fuera una clase, estaban algo gastadas, ventanas rotas, animales muertos, paredes rayadas con simbolos extraños, nombres de pandillas y una que otra maldición, además de las bolsas negras con alguna sustancia rara dentro.

Habíamos 8 personas incluyéndome claro, estuve acomodando las sillas con tal de que quedaran alineadas, todo estaba sucio, no puedo creer que esa pareja se esté besando, ¿no saben cuantas bacterias se están traspasando? Por esa razón no acepto personas que tengan mala higiene y vaya que me he topado con muchas, aunque la cara del chico ya la he visto en algún lugar.

En fin, una mujer está llegando, debo decir que se ve muy elegante para estar en un sitio maloliente como éste.

— Buenas noches, damas, caballeros y niña — habló la bella y elegante mujer frente a nosotros, afortunadamente eso hizo que la parejita se separara y le prestaran atención. — Deben estarse preguntando por qué estan en un sitio poco cómodo, les explicaré en breve pero antes debo tomar lista —.

— ¿TDAH? — habló esta vez más alto y sacando una pluma.

Nadie contestó.

— ¿TDAH? — repitió.

Un hombre que jugaba con el banco en el que estaba sentado levantó la mano.

— Aquí — contestó por fin.

La mujer anotó algo en su libreta sin dejar de vernos y volvió a hablar.

— ¿Bipolaridad? — habló la mujer.

Una mujer que se veía aburrida, sólo levanto la mano e hizo una mueca de asco al ver una rata.

— ¿Autismo? — preguntó esta vez más suave.

Un chico que calculo que es de mi edad levantó la mano y volvió a poner sus manos en sus oídos, al parecer olvidé mencionar que hay mucho ruido aquí.

— ¿Hipocondría? — volvió hablar con normalidad la mujer.

Una señora de unos 50 años se levantó e hizo una reverencia.

— ¿Esquizofrenia? — habló en un tono más dulce.

Una niña que estaba sonriendo hacia una puerta en la oscuridad volteó hacia la mujer elegante.

— Miss, ¿puedo ir a jugar con el hombre de la puerta? — preguntó con esa voz dulce.

— En cuanto termine la reunión, ¿crees que tu amigo pueda esperar un poco más? — le respondió la mujer.

La niña volteó de nuevo hacia esa puerta oscura con una cara interrogante, esperamos unos segundos y ella volvió a verla con una sonrisa.

— Dice que si, que de todos modos lleva esperando mucho tiempo — dijo con naturalidad.

La mujer no se inmutó en lo más mínimo, solo le devolvió la sonrisa a la niña y volvió con la lista.

— ¿Ansiedad? — preguntó.

Una chica que estaba detrás mío alzó la mano con rapidez y se escondió con un sueter que le doblaba el tamaño, linda.

— ¿TOC? — me mencionó por fin.

— Sigo aquí — le contesté.

La mujer volvió a anotar algo sin dejar de observarnos.

— Ustedes dos son Estocolmo y Lima, no necesito que levanten la mano — habló a la parejita que se estaba besando hace un rato.

— Todos ustedes están aquí por una razón — empezó a explicar mientras se paraba del asiento y guardaba sus cosas — Vendrán conmigo, cada quien tiene su propia misión individual y una grupal, hacer conciencia de su trastorno y/o síndrome, no será fácil pero con nuestra ayuda será menos pesado. Por favor todos pónganse de pie y salgan, los estará esperando una camioneta y pequeña esquizofrenia tu amigo puede venir con nosotros — habló muy segura y comenzó a señalarnos el camino.

Todos se pusieron de pie, justo salimos como nos mencionaron en la lista y eso me puso de buenas, me pregunto que pasará en aquel lugar.