IV

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Estaba esperando impacientemente a que aquella tostadora dejara de hacer su trabajo para que dejara salir de un brinco aquellos panes para luego comermelos, iba tarde a la pista y aunque hoy no corríamos sí habíamos quedado de vernos con los ingenieros para checar los autos, verificar los boxes, un nuevo volante, agh, me acuerdo y me da estrés

   Por fin dio el brinco aquella tostadora y tomé los panes en   seguida para proceder a embarrarles mermelada y mantequilla de maní, y de una manera apresurada tome uno con mi boca para con una mano tomar un sobre con unos papeles y con la otra el otro pan.

    —Adiós Zeus, no me tardo, Te amoo

Me despedí de mi perro y salí rápido cerrando la puerta tras de mí.
   Aquel día no hacía tanto frío como el anterior, así que decidí ponerme una camisa blanca algo ajustada acompañada con un pantalón negro y unos zapatos del mismo color y por último una chaqueta de cuero que combinaba con el atuendo

   Entré al auto y me apresure a llegar, por cierto, no había dejado de pensar en Richard y tampoco había ido a verlo porque pensándolo bien talvez Dean había estado todo el día con él y no quería ir para causar más problemas, pero iría más tarde, a darle su pulsera y esperaba que esta vez se encontrara solo.

Pov Ringo

   —¡Pero le dijiste, carajo!

El grito de Dean me hizo dar un grito y cerrar los ojos del miedo

—Pe-pero Dean, solo era e-el repartidor
Respondí relajado

  —¡Pero lo dejaste entrar Richard! Ayy Maldita sea ¿¡Porque siempre tienes que encargar tus putos libros por internet?!

  —¡Porque es mi casa! Y... y yo aquí se supone que vivo, y que puedo e-encargar lo que quiera

  —No, eso no es justificación ¿Tienes algún tipo de relación con él? ¡¿La tienes?!
Se acercó, y logró asustarme para caminar hasta atrás y chocar con el escritorio que estaba en la sala de mi departamento

  —¡Contestame!

  —N-no.
Respondí con los ojos llorosos, llevaba dos días peleando conmigo y haciéndome sentir horrible, me tenía vigilado hasta en el baño, desconfiaba tanto de mí que creía que le era infiel con el repartidor de la paquetería porque siempre viene a dejar libros que encargo por internet, algo completamente erróneo

  —Ay Richard, no llores por favor conmigo no te hagas la víctima
Expresó irritado

  —¿Po-porqué me gritas así? No te he sido infiel con el repartidor, y si fuera así yo siempre te perdono todas tus infidelidades que has tenido hacia mí
Respondí con la voz quebrada

—¡Es diferente¡ yo tengo la libertad de hacerlo por que sabes que son mis necesidades ¡¿Tú porqué lo harías?!

Lo miré

  —Acuérdate, Richard, que tú sin mí no eres nadie...

Sorbí mi nariz, normalmente nunca suelo contestarle cuando me grita ese tipo de cosas, prefiero solo ignorar lo que dice y listo

  —Tú lo eres todo para mí...
Le respondí luego de un largo silencio

Él se acercó, estaba lleno de furia, había pasado de todo, la carrera perdida, los neumáticos que no recogí, el repartidor, rompía en coraje por todo, en cierto modo a Dean le desesperaba mi libertad, un día me ama, luego no quiere ver mi cara y me odia

   Me miró por unos largos instantes, por un momento creí que se había calmado, y yo solo traté de esconder mi miedo

  —Dea...

I Love The Way It Hurts[Starrison] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora