Capitulo Ocho

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Off tomó la mano de Gun durante el trayecto, más para su propia comodidad que para Gun, pero él sabía que su compañero agradecía el gesto. Podía ver cómo su mano libre seguía un camino de vuelta al lugar donde el arma que Tay le había conseguido se enfundaba. Cuanto más se acercaban a la fábrica abandonada de Ruengrit, Gun parecía más nervioso. Se mantuvo mirando por las ventanas del coche, al parecer escaneando el paisaje. Debieron haber utilizado un lugar alterno cerca de la ciudad cuando lo golpearon, eso o no le habían permitido ver nada a su alrededor.

Tan tenso como estaba, Off necesitaba asegurarse que Gun no haría nada imprudente cuando entraran. "Quiero que te quedes cerca de mí, ¿de acuerdo? En todo momento, asegúrate de no quedar fuera de mi vista o de la de Tay y no dudes en disparar si tienes oportunidad. Ruengrit y sus secuaces no saben con quién se han metido y si te tocan..."

"No lo harán. Soy un buen tirador... pero... no sé si puedo matar a alguien, sin embargo," admitió Gun. Sin embargo, la sola idea de tomar la vida de alguien parecía darle náuseas.

"No tienes que matarlos, solo apunta a sus hombros y sus rodillas. ¿Crees que puedes hacer eso, bebé?" Off le preguntó, sabiendo muy bien que su compañero no tenía el corazón de un asesino, incluso a pesar de su licencia para portar armas. A pesar de no querer que Gun estuviese metido en esto, pero no creía poder convencer a su compañero para cuidar el coche como una alternativa de trabajo. También odiaba que su compañero estuviera allí para verlo matar a alguien, y definitivamente no quería que Gun tuviese miedo de él nuevamente, no ahora que se habían emparejado.

Al menos Tay estaba con ellos y tanto él como su primo habían tenido tiempo para aprender sus habilidades y cómo controlarlas. Gun, sin embargo, no había sido un vampiro el suficiente tiempo para que Off le enseñara lo que significaba ser un vampiro, aparte de las cosas relacionadas con la alimentación. Todo lo que podía hacer era asegurarse de que su compañero no saliera lastimado, incluso si eso significaba que Tay tendría que ser el que asesinara a Ruengrit.

"Sí, creo que sí", respondió Gun, sin convencer a Off completamente, pero sabía que si sus vidas estaban en juego, iba a encontrar el coraje para apretar el gatillo.

Un pensamiento pareció cruzar la mente de Gun, "pero, ¿Cómo exactamente vamos a entrar? Acaso este tipo, Ruengrit no tiene un montón de seguridad."

Fue Tay el que respondió su pregunta. "Entrar es la parte fácil, Gun. Acabamos de pasar la puerta principal... créeme, Ruengrit es el tipo de enfermo que disfruta tener compañía."

"Entonces, ¿qué? Nosotros, básicamente, sólo ¿pasaremos a través de la puerta principal? ¿No se supone que debemos colarnos por la parte trasera o a través de un tragaluz o algo así?" Lo absurdo de sólo caminar dentro del lugar, parecía difícil de entender para Gun. "Caminar hasta allí no es algo temerario."

Off acercó la mano de Gun a su boca y la besó, con una sonrisa cariñosa cruzando sus labios. "Amor, has visto demasiadas películas... pero tienes razón, en circunstancias normales, haríamos eso exactamente. Bueno, tal vez no la parte del tragaluz, pero cuando hablamos de Ruengrit..." Off buscó las palabras adecuadas para describirlo. "Digamos que no hay un hueso normal en su cuerpo demente."

Cuando llegaron a la puerta principal, donde, tal y como sospechaba, había varios hombres armados montando guardia, e Off podía sentir a Gun conteniendo la respiración... no era cómo si realmente lo necesitara en su nueva forma de vida. Era sólo una cuestión de hábito, realmente.

Con cada movimiento Gun se tensaba esperando que las cosas se pongan feas en cualquier momento. Probablemente estaba pensando que los hombres armados simplemente dispararían a Tay antes de pasar a ellos e Off tuvo que admitir que estaba preocupado de que Ruengrit pudiese actuar de manera distinta.

EL SONIDO DE TU SANGRE [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora