Capitulo 6 La odisea de Aiye parte 2

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corrí hasta llegar a casa de Elizabeth para contarle lo sucedido, a lo que angustiada me respondió

-- ¿estas segura? es un viaje peligroso y tu brazo no esta del todo sano --

-- !estoy segura! -- respondí con firmeza -- si hay la mínima oportunidad de que esa persona sea la que busco podre volver a casa --

Elizabeth se me quedo mirando como si me analizara de pies a cabeza -- estas muy decidida y es un viaje peligroso -- dijo abriendo un pequeño cajo de su estantería -- es un viaje peligroso para viajar sola, amenos que te acompañe -- decía mientras sacaba un pequeño casco hecho de algo similar al cuero 

-- ¿estas segura de esto? -- pregunte sorprendida -- ¿no ganaras nada de esto porque quieres acompañarme? --

-- eres mi paciente, asa que debo estar al tanto de que tu brazo mejore -- respondió con una expresión de felicidad -- llevo tanto tiempo en este pueblo que se me ha hecho muy pequeño, es una oportunidad para explorar nuevas tierras --

a pesar de que me mostraba dudosa al inicio, me emociono que alguien mas me acompañara y así no tener que estar sola contra los peligros de este mundo, por lo que acepte sin titubear.

una vez hubo luz, me reuní con el jefe para poder abastecerme de algunas provisiones.

-- será un viaje ligero, no quisiera llevar mucho peso y mucho menos dejar al pueblo sin suministros -- decía mientras preparaba una mochila conexionada por los pueblerinos con todo lo necesario.

-- ten mucho cuidado -- dijo el jefe -- estoy al tanto que una de las enfermeras te acompañara en tu viaje, pero aun así no significa que será menos peligroso tu travesía-- 

el jefe mando a hablar a uno de sus subordinado, que venia con un estuche un poco mas grande que su cuerpo.

-- deberías llevar esto contigo, tras lo ocurrido con los trepadores, pudimos recuperar materiales que creímos perdidos -- dijo el jefe abriendo el estuche que dentro tenia envuelto en delicadas hojas una daga de un tamaño considerable comparado con el resto de herramientas del pueblo.

-- nuestros herreros estuvieron trabajando en esta arma desde entonces y ahora yo te hago entrega de ella-- prosiguió entregándome la daga

-- G-Gracias -- respondí aun contemplando aquel regalo 

aunque no era una experta con el uso de armas, era mejor llevarla a no llevar nada con que defenderme, por lo que amarre la vaina de la daga a mi cintura para no perderla.

-- creo que ya seria todo -- respondí -- le agradezco mucho, le agradezco a todos por ayudarme --

tome mis cosas y junto a Elizabeth me propuse a ir en busca de Karin, mientras pensaba que aun si no lo encontrara en aquel lugar, un presentimiento dentro de mi me decía que ese viaje me acercaría cada vez mas a mi hogar a pesar de sonar como una locura.

-- muy bien Elizabeth -- decía con ánimos -- hacia donde debemos ir --

Elizabeth se veía un poco nerviosa e incluso podría decir que asustada, a pesar de no haber estado ni 5 minutos fuera del pueblo.

-- ¿estas bien amiguita? -- me acerque a ella para saber que pasaba.

-- estoy bien... yo.. yo solo, es la primera vez que saldré del pueblo, me es un poco difícil asimilar las cosas eso es todo-- respondió caris baja.

durante mi estancia en Glowstone Elizabeth siempre mostro una actitud decidida y siempre segura, es por esa razón que verla temerosa e insegura me resultaba particularmente extraño, pero a la vez, me daba la sensación de que éramos mas parecidas de lo que creía.

-- entiendo -- respondí -- nunca es fácil dejar el lugar en el que uno lleva una vida viviendo, te entiendo a la perfección, me he mudado de casa desde que tengo memoria --

-- tienes razón -- respondió Elizabeth -- aun me cuesta asimilarlo, pero no es razón para no intentarlo, adelante sigamos con este viaje -- respondió en un sorpresivo tono de alegría, al punto de casi saltar de la emoción. 

caminamos durante horas por extensos caminos llenos de laderas y riscos, deteniéndonos ocasionalmente para descansar y merendar entre los recovecos para no estar a la vista de cualquier cosa que estuviera acechando.

-- ¿Puedo preguntarte algo Elizabeth?-- preguntaba dejando aun lado mi mochila

-- claro, que ocurre -- respondía ella

-- este lugar, este mundo, ¿Qué es? , ¿Qué es todo esto? -- dije algo seria y pensativa.

-- ¿este lugar? -- respondió algo confundida -- bueno, es difícil de explicar, al igual que tu desconozco muchas cosas fuera del pueblo. premisamente es por eso que me entusiasmo acompañarte, quiero conocer la respuesta a esas preguntas y dejar de vivir con miedo a todo aquello que desconozco -- 

a pesar de no ser la respuesta que esperaba, me sentía satisfecha al saber que no era la única en busca de respuestas. Que será este lugar, este mundo que tantos peligros y misterios aguarda, sobre todo, como es que llegue a parar a este lugar, se que Karin tiene algo que ver en todo esto, no fue coincidencia que nos encontráramos nada mas llegar.

todos esos pensamientos no paraban de dar vuelta en mi cabeza una y otra vez, se volvió algo desesperante el no saber la respuesta a tantas dudas.

-- creo que deberíamos continuar un poco mas, debemos aprovechar que aun hay luz para avanzar tanto como podamos -- dijo Elizabeth, sacándome de mis pensamientos que me habían atrapado.

-- si, creo que deberíamos continuar -- respondí tomando mi mochila. Antes de poder salir escuche unos ruidos fuera del recoveco en donde estábamos.

-- espera -- susurre -- hay algo ahí afuera -- desenvaine lentamente la daga que me dio el jefe, tomando una postura ofensiva ante la entrada de la cueva.

-- ¿Qué crees que sea? -- respondió Elizabeth entre susurros.

el ruido se detuvo poco a poco, hasta dejar de escucharse por completo

-- no tengo idea, pero es mas que claro que no somos las únicas que toman estos caminos -- respondí sin bajar la guardia -- debemos movernos, este lugar se ha vuelto peligroso--

ambas tomamos nuestras cosas y lentamente salíamos de la cueva, sin dejar de ver a nuestros alrededores, por si algo se decidía en atacarnos.

con cada paso, se hacia mas evidente que había algo rondando por aquel lugar, no solo por la sensación de ser vigilados, sino que de vez en cuando se oía como pequeñas piedras eran movidas seguidas de un serpenteante movimiento. Solo pude sentir una sensación de opresión sobre nosotras ante aquel hostil ambiente.

-- Aiye.. -- escuche un murmullo -- no quiero que voltees pero debemos correr, debemos correr ahora mismo --

al oír eso, no pude evitar voltear a pesar de las advertencias de Elizabeth y al hacerlo, solo logre visualizar una silueta enorme como el de una serpiente tan grande como una casa, pero con garras en los extremos del cuerpo como si de una lagartija se tratara con múltiples apéndices a modo de crezca , sus escamas rojas con negro la hacían difícil de ver en la tenue luz.

-- Mi, Mi.. -- tome rápidamente a Elizabeth del brazo y salimos corriendo cuesta abajo con aquella criatura siguiéndonos.

corrimos tan apresuradamente que resbalamos por la ladera, deslizándonos hasta el fondo cercas de lo que parecía un abismo, pero aquella criatura no se detenía moviéndose por las paredes como pez en el agua.

debíamos cruzar el risco, pero la única forma de hacerlo era por una de las columnas de piedra que descansaba a modo de puente.

-- por aquí deprisa -- grite --debemos cruzar y tirar abajo el puente antes que nos alcance--

corrimos con las fuerzas que nos quedaban hacia aquel improvisado puente, nada mas cruzar el puente esa criatura se encontraba al otro lado pisándonos los talones, con toda nuestra fuerza y usando la daga a modo de palanca, logramos tirar abajo el puente junto con la criatura que estaba a unos pocos metros de nosotros, despeñándose hasta el fondo y perdiéndose en la oscuridad del abismo.

La Cueva: Historia de la  profundidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora