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Los cuatro miraban a ese enorme Titán que sobrepasaba el muro de 50 metros, todos estaban perplejos ante tal imagen impactante, pero todo se volvió un caos cuando ese enorme Titan hizo un agujero en el muro haciendo que miles de rocas se lanzaran sobre los habitantes, matando a muchos en el acto, Eren, Mikasa, Elske y Armin estaban perplejos mirando como el Titán poco a poco iba desapareciendo y como poco a poco los Titanes iban entrando.
— Debemos...¡Eren! –fue el grito de Armin que alertó a las dos chicas de que el castaño se estaba alejando
— Mi casa, esta por ahí...Mamá está
Mikasa tan solo vio como Eren salió corriendo así que con apuro tomó la pequeña mano de Elske y la arrastró consigo, ambas niñas corrían lo más que podían, la respiración de Elske era irregular debido a la presión que tenía encima y por que Mikasa la estaba jalando con insistencia.
— ¡Mamá! ¡Mikasa, Elske, tomen ese lado!
Cuando Elske alzó la mirada pudo ver como Carla estaba entre unas grandes vigas y miraba como Eren con su poca fuerza intentaba alzar estas, sin esperar más las niñas intentaron mover las vigas pero a pesar de todo el esfuerzo que hacían no las podían mover ni un centímetro, hasta que sintieron y escucharon grandes pisadas cerca suyo.
— Los Titanes están entrando, Eren toma a Elske y Mikasa y huyan –exclamó la mujer mirando a su hijo– ¡Deprisa!
— ¡Quiero huir! ¡Pero te sacara!
— Mis piernas fueron aplastadas por los escombros, no podré correr aunque salga ¿entiendes?
Elske que estaba al lado del cuerpo de la mujer tan solo cerraba sus ojos de donde salían pequeñas lágrimas ante lo dicho por la mujer mientras negaba y con su poca fuerza intentaba mover la madera.
— ¡Te cargaré y correré!
-- ¡¿Por qué nunca me haces caso?! ¡Escúchame por favor! ¡Solo por esta vez!...a este paso los cuatro vamos a –en ese momento carla vio como un hombre rubio se acerca con su equipo de maniobras– ¡Hannes! ¡Toma a los niños y huye!
— No me subestimes, Carla, matare al Titán y los salvaré a los cuatro –dijo Hannes para luego sacar sus cuchillas y correr hacia el Titán
— ¡Espera, no puedes luchar! Maldición...Elske...toma...las necesitarás
Elske abrió lentamente sus morados ojos para mirar a la mujer que le sonreía melancólicamente, esta tenía su mano extendida hacia ella así que con nerviosismo hizo lo mismo, vio como ella dejaba un mediano frasco, el de sus vitaminas.
— Agarre todas las que pude...por favor Elske, cuida de tus hermanos –Carla miraba a la niña con lágrimas en los ojos, ella confiaba en que la pequeña cuidaría de ellos como si fuera ella misma
