Una cita?

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La cena se había arruinado, bueno seguramente la cena no pero  si la reservación con anticipación más de un mes, para que nadie más reservará esa última mesa, en ese bonito restaurante, para celebrar su primer aniversario Joaquín estaba furioso, SI había pasado suficientes vergüenzas en su vida como para no poseer esperanza en tener un día completamente perfecto, pero lo más pesimista que esperaba para ese día era que un perro lo mordiera o que una paloma ensuciara su traje, además él fue muy cuidadoso para evitar que algún desastre ocurriera, pero claro a la vida le gustaba fastidiarlo y que mejor que evitar la celebración de su aniversario que con un mini diluvio inesperado (para variar).

-Ok muchas gracias, hasta luego- Manolo corto una llamada justamente con el restaurante donde habían reservado para cancelar de última hora la reservación, por suerte quien los atendió parecía ya haber cancelado varias reservaciones y no lo tomo muy apecho, después de todo ese diluvio había inmovilizado a media ciudad ya sea en sus casas, en su trabajo o en algún otro lugar en el que seguramente iban a estar encerrados por unas horas.

Joaquín soltó un resoplido frustrado viendo las gotas de lluvia golpear contra la ventana en la segunda planta de su casa “Lluvia”, él no sabía si reír o llorar, por qué parecía que la lluvia siempre le traía o vergüenzas, o bellos regalos a su vida.

-Preparare la cena- Manolo se acercó hasta él y le dio un beso en la mejilla tratando de mejorar el mal humor de su novio, seguidamente se dispuso a ir a la planta baja para preparar algo de cenar, un tanto decepcionado por perderse la cita que tanto espero, “al menos ya estaba en la casa de Joaquín y no solo en la mía” trato de consolarse el amable joven, Joaquín no perdió de vista a Manolo ningún segundo mientras ambos bajaban las escaleras, ni cuando entraron a la cocina buscando algo que preparar.

Una idea cruzo la bonita cabeza de Joaquín, se encamino a la sala y prendió el estéreo, conectó su USB reproduciendo su colección personal de música romántica, tal vez la cita programada se había arruinado, pero al menos Manolo estaba ahí con él, y le daría la mejor cita no planeada del mundo.

Se dirigió a la cocina con la música de fondo y se tomó un momento para admirar a su novio buscando algo en la despensa, vio unas bolsitas con sopa de codito, tal vez Manolo pensaba prepararle una sopa fría, después de todo sabía que le encantaba, sonrió enternecido y se dirigió hasta el para abrazarlo por la espalda, lo apretó contra si sintiéndose satisfecho por la cercanía, le beso el hombro.

-Que tal unas palomitas y una película-susurro meloso no queriendo que Manolo pensará que el mismo, que ambos necesitaban de una cena elegante para ser felices, lo soltó con cuidado y saco de la despensa el botecito que siempre tenía con maíz palomero y se dispuso a hacer palomitas caseras, sin microondas ni sobres previamente preparados, solo algo sencillo, simple un tanto anticuado tal vez, pero a él le gustaba así, como cuando era niño.

La música seguía sonando de fondo mientras mientras el maíz empezaba a explotar, Manolo se encontraba en la sala buscando alguna película interesante que ver y Joaquín se sentía satisfecho.

Joaquín vaciaba las palomitas recién hechas en un recipiente y les ponía un poco de sal, lo llevo a la sala y vio a Manolo moviéndose al compás de la música por la sala mientras la película estaba en pausa, esperando que los enamorados se sentarán juntos. El “héroe” dejo las palomitas en el sillón y se dispuso a bailar con su novio.

Le tomo la mano y le beso el dorso con una sonrisa enamorada, Manolo sonrió y también se sonrojo, luego el guapo pelinegro rodeo el cuello del “héroe” con sus brazos sintiendo como su pareja rodeaba su cintura con cariño, dieron vueltas al ritmo de la melodía.

En un momento se inspiración Joaquín alzó a Manolo dando vueltas y riendo recordando la vez que se confesó, el pelinegro lo beso en respuesta, risueño cálido y feliz.

No hacía falta una cena elegante ni un restaurante costoso, daba igual si vestían traje a la medida o pijamas, si era una noche romántica, un día caluroso o un mini diluvio sorpresa, si estaban juntos entonces estaba bien, se tenían a ellos dos.

Al final acurrucados uno contra el otro disfrutando de una comedia del cine de oro mexicano comiendo unas simples palomitas hechas en casa, refugiándose de la lluvia que comenzaba a menguar, así están felices, juntos y enamorados

Que, ¿Querías una cita?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora