🌷 Ven conmigo 🌷

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¿El amor altruista y desinteresado?

Seguro que solo existía en cuentos de fantasía, ¿no es así?

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Al pequeño Xie Lian le encantaban los días soleados. Ese era un sábado por la mañana, y había insistido a sus padres salir ese día al parque. Estaba muy entusiasmado.

A pesar de que iba a la escuela y atendía sus deberes académicos, a sus tiernos siete añitos, nunca había ido a un parque a jugar. Sus padres le protegían demasiado y no dejarían que su hijo se expusiera a lugares abiertos donde había probabilidad de perderse.

Pero eso ya no le podía importar menos que ahora. Ese era el día que Xie Lian más esperaba. Podría jugar con otros niños ya que en la escuela no le daban tanta libertad en el recreo.

Esa mañana, Xie Lian se aferraba alegremente a la mano de su mamá, mientras tarareaba una melodía corta.

El trayecto fue ameno. Algo afortunado es que su padre tenía que quedarse trabajando en la compañía ese día. A veces sentía miedo cuando lo regañaba por correr, hacer formitas con la comida y gritar mientras jugaba. El señor Xie era alguien demasiado correcto y tenía la intención de educar a su hijo como un digno heredero de su empresa.

O como Xie Lian lo catalogaba: una persona aburrida.

Pasaron algunos minutos mientras el pequeño pensaba en sus deberes y como evitar que su padre lo regañara, pero eso se disipó cuando llegaron al parque. Xie Lian tenía un brillo especial en sus ojos.

—¡Mamá, mamá! ¡Llegamos, llegamos al parque!

El ambiente era fresco, brillante y verde. Estaban en plena primavera y las flores y árboles del lugar habían florecido, adornando todo con muchos colores llamativos.

Y el parque no tenía solo eso, había juegos, columpios, toboganes y un cajón de arena donde un grupo de niños jugaba. Para un adulto podía parecer una escena simple, pero para un pequeño niño se veía como el paraíso.

Xie Lian se removió un poco en su lugar y miró la mano donde su madre lo sostenía, como si pidiera permiso para salir a jugar. La señora Xie no pudo evitar reír un poco ante su impaciencia y dijo:

—Está bien, cariño. Ve y juega con todos, solo no te ensucies mucho, ¿sí?

Xie Lian asintió varias veces y soltó la mano de su madre para correr a los columpios. Mantenía en su mente no ensuciar su suéter blanco favorito, siempre veía a su mamá lavándolo con esfuerzo y no quería darle más trabajo.

Al llegar a los juegos lo primero que pensó fue en columpiarse. Se sentó en los columpios y trató de impulsarse con todas sus fuerzas, pero no funcionó. Sus piernas eran cortas y no podían tocar el suelo correctamente.

En ese momento Xie Lian no pudo evitar agregar algo a su nota mental: crecer mucho y ser muy alto para poder alcanzar las galletas del estante y jugar bien en el columpio.

Pasó un rato mientras intentaba moverse y no tenía éxito, no era divertido así y decidió dejar los columpios. Todavía tenía tiempo y podía probar los demás juegos.

El problema es que todos estaban vacíos.

Xie Lian se sintió triste porque no había quién jugara con él en el tobogán, pero pronto olvidó eso al escuchar la risa de otros niños jugando. Podría hacer amigos que le ayudaran a empujar el columpio y que le acompañaran en el tobogán.

Una Nueva Primavera 🌻 [HuaLian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora