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Fue un momento de silencio "eterno", algo inusual para Boyfriend, quien estaba acostumbrado a ambientes bulliciosos y animados.

—Supongo que la única opción es ir hacia ese tipo —pensó Pico, haciendo referencia al monstruo de Limón. Sin embargo, las circunstancias no estaban de su lado. La hora avanzada y el clima adverso amenazaban con entorpecer su objetivo.

A pesar de las dificultades que se presentaban, el sicario se negaba a dejarse detener por la lluvia y el frío. La idea de que el otro permaneciera más tiempo en aquel lugar representaba un problema de gran magnitud para él. Siempre fue un hombre de acción, alguien que prefería enfrentar los conflictos de manera directa, detestaba que las situaciones se enredaran más de lo necesario. Resolver los obstáculos de un solo disparo le proporcionaba una satisfacción inigualable.

Resultaba peculiar que, a pesar de su enfoque práctico y decidido en sus acciones, fracasara estrepitosamente en el ámbito emocional. Su incapacidad para expresar sus sentimientos de manera clara, hacía que a menudo se encontraba agobiado por sus propias emociones. Actuaba impulsivamente, sin pensar, lamentando esta falta de control, Aborrecía esa tendencia, siendo presa de sus propios pensamientos al sobre analizarlos.

En fin, tan solo cuando se levantó de su lugar, la diminuta mano del rapero se aferró con fuerza a una esquina de su suéter, tomándolo por sorpresa como si temiera que desapareciera en el aire.

—¿Y ahora qué tienes?

La mirada casi inerte de Pico, o más bien esos ojos que parecían carecer de vitalidad, se mantuvo fija en los contrarios. Luego observó cómo BF deslizaba poco a poco hacia arriba la tela de su manga, revelando varias cicatrices que adornaban su piel; algunas antiguas, otras más recientes. Seguidamente, posó sus diminutos dedos sobre las cicatrices, trazando líneas en ellas hasta llegar a esa mordedura que aún parecía dolorosa. Los ojos del rapero simplemente la examinaban, como si sus acciones fueran una disculpa por aquel incidente.

—¡Beep!

Si tan solo el de baja estatura pudiera hablar, soltaría un chiste extraño para aligerar la tensión en el ambiente, algo como: "Mira el lado positivo, ahora eres propiedad de Boyfriend", o alguna tontería por el estilo. A veces, el pobre no sabía medir sus palabras.

—No estoy enojado —mencionó sorprendentemente calmado. Luego negó con la cabeza varias veces. Había sentido un suave cosquilleo en el vientre por el trato delicado que recibía, algo agradable. Aun así, el de cabellos naranjas quería evitar descubrir ese efecto reciente, por lo que bruscamente y sin previo aviso retiró su brazo del agarre. Quizás fue una forma sencilla de evitar experimentar esas olas de sensaciones nuevas, que no lograba comprender del todo, porque, aunque no lo admitiera, lo abrumaban.

En un giro sorpresivo, Pico se levantó de repente como un resorte, decidido y veloz, encaminándose hacia la puerta mientras arreglaba su manga en el camino.

—Quédate aquí... iré a buscar más pistas. Tú deberías intentar averiguar cómo regresar  —declaró con una firmeza, dejando poco espacio para la discusión

Boyfriend, por su parte, se limitó a asentir, observando con atención cómo Pico abandonaba el departamento a través de la puerta, alejándose de su vista. A pesar de la partida del Sicario, su última mirada transmitían una advertencia silenciosa, como si le estuviera diciendo que no se metiera en problemas mientras estuviera ausente.

Sin embargo, Boyfriend era Boyfriend, siempre fiel a su naturaleza intrépida y obstinada. Ya fuera por su testarudez innata o su propensión a distraerse, parecía destinado a salirse con la suya.

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2024 ⏰

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