Deux

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CASSIE

—Corre Cassandra, rápido—un extremo, veo hacia el otro lado, no encuentro salida. La presión que siento en mi pecho me limita el paso del aire. No me detengo, no veo hacia atrás, me duelen los pies y se que viene detrás mío.

—Ayuda—grito desesperada conforme subo la cuesta para adentrarme al bosque—¿Papá?—imploro desde lejos—¿Dónde estás?—pego mi espalda en el tronco de un árbol al darme cuenta que estoy acorralada.

—Vieni qui regina—esa voz. Veo detrás mío, en frente mío, a mi lado y del otro lado.

—Déjame en paz—susurro. Las ramas siendo pisadas amenazan con hacerme soltar sollozos y tengo que taparme con las dos manos para evitarlo. Primero un disparo, luego dos.

—Cassie, mi amor.

—Papá—grito llamándolo. Corro hacia su dirección cuando lo veo queriendo recibirme con sus brazos abiertos. No me detengo, mis pies se mueven por sí solos y solo pido llegar hasta él. Mi corazón se detiene cuando cae en el suelo y esa mano me toma del brazo sin dejarme avanzar—No, Papá...no.

—Cassandra—de mi boca sale un grito al abrir los ojos y encontrarme con Emily viéndome asustada—¿Estás bien?—niego completamente desubicada y solo observo a mi alrededor al darme cuenta que ambas estamos solas en la habitación.

—¿Dónde está?

—¿Quién?—me ve asustada y solo me pongo a pensar en lo patética que sone. Me quito la cobija y la alejo de mi lado después de ponerme mis pantuflas.

—Tengo un mal presentimiento.

—¿Mal presentimiento?—pregunta confundida. Observo por la ventana y no hay nadie, se escucha silencio.

—¿Dónde está la madre superiora?

—Ah...—ella parece respirar de alivio cuando digo eso—Está abajo comiendo con las demás—frunzo el ceño y decidida camino hasta el despacho—¿Qué haces?—abro la puerta y al no ver a nadie, me escabullo hacia el escritorio. Enciendo la laptop y agradezco que no tenga contraseña—Cassie.

—Tengo que irme de aquí.

—¿Qué?

—Estoy segura que están aquí.

—¿Quiénes?

—Los Italianos—si estaba confundida, ahora su cara está peor.

—Cassandra, estás loca.

—Si no me quieres creer, no lo hagas—su silencio es mi respuesta y más cuando se sienta a mi lado.

—Nos pueden ver.

—Entonces vigila—pongo en la página principal de Google sus apellidos. "Cristian Kenexis" voy directo a imágenes y abro una de las biografías. Primero me quedo asombrada al ver al hombre en la pantalla. Un hombre de aproximadamente 40 años de edad, era joven, demasiado guapo, mandíbula marcada, pelinegro, una mirada profunda e intimidante y en todas las imágenes sale con ropa formal, elegante e incluso con su uniforme como General, al igual que en puesto de Capitán y Coronel.

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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