El regreso de la golondrina [Parte 2]

341: Unir fuerzas con éxito

La octava señorita era sencilla, honesta y alegre. Ella nunca había pensado en entrar al palacio. De hecho, ella sintió que era una perspectiva aterradora, así que, naturalmente, asintió con la cabeza cuando escuchó el anuncio de la vieja señora.

Qin Huining, por otro lado, bajó la cabeza recatadamente y guardó silencio obedientemente.

No estaba contenta de dejar pasar esa oportunidad, pero ¿qué más podía hacer? El emperador tenía una posición distante y elevada, ella no podría llegar a él incluso si tuviera algún tipo de plan en mente. Todas las chicas de la selección serían elegidas por el emperador debido a conexiones familiares. Era imposible para ella elevar a los Qin si entrara a la selección.

Además, ella era solo una hija adoptiva y no una verdadera hija noble. La familia siempre pensaría primero en Qin Yining y Qin Baoning. Nunca sería su turno.

……

En solo una noche, la noticia de que Qin Yining tocó el tambor Dengwen para demandar al príncipe en la corte imperial se extendió por toda la capital. Parecía haber personas trabajando en las sombras agregando más picante a la noticia, contando detalles minuciosos de como la cuarta señorita Qin había sido secuestrada y humillada. La escena cobraba vida con mucha claridad, como si alguien hubiera estado presente.

Los rumores pasaron rápidamente de boca en boca. Pronto, todos en la alta sociedad se enteraron de que el príncipe Zhongshun de primer rango se había llevado a una hija de Qin.

Pensando en lo brutal y vicioso que había sido el príncipe con los antiguos funcionarios que habían lastimado a su padre después de conquistar Ji del Norte, el público en general desarrolló una profunda simpatía por la señorita Qin.

Pero, ¿quién le dijo a Qin Huaiyuan que causara la muerte de Pang Zhongzheng con un plan? Era justo que los crímenes del padre fueran los pecados de la hija.

La tarjeta de presentación de Qin Yining fue naturalmente rechazada, cerrando el capítulo de la selección imperial.

……

La cuarta señorita pasó sus días con Lian Xiaozhou y sus doncellas. Aparte de saludar a la vieja señora todas las mañanas, pasaba el resto del tiempo en su habitación, concentrada en la costura. Rara vez estaba fuera de casa.

Cuando la segunda señora escuchó que Qin Yining estaba dando el ejemplo y guiando a sus doncellas en bordados todos los días, la elogió frente a la vieja señora.

—La sobrina Yi es madura. Ahora no tenemos dinero a nuestro nombre y solo podemos vivir en las posadas para huéspedes. Aunque nuestro alojamiento y comida están cubiertos, ¿qué pasa si alguien quiere comprar algo? No es como si pudiéramos pedir dinero al emperador del Gran Zhou. En mi opinión, la sobrina Yi está haciendo el trabajo de mujeres, así ayuda con las finanzas familiares.

Una angustia compleja brotó en el corazón de la vieja señora. Aunque esa chica hizo muchas cosas que a la matriarca Qin no le gustaron, no podía repudiar su comprensión del panorama general.

La vieja señora convocó a todas las mujeres de la familia para que también hicieran labores de costura.

Qin Huining y la octava señorita pasaron sus días al lado de su abuela. Qin Huining trató con cautela de complacer a la vieja señora, y la octava señorita fue muy filial ya que había perdido tanto a su madre biológica como a su madre oficial.

Comparando a Qin Yining, que era "salvaje e intratable", con más de una década de relación familiar con Qin Huining y, la alegre y obediente octava señorita, ambas chicas se ganaron el cariño de la vieja señora. Qin Yining en realidad se convirtió en la más indeseable de las tres nietas.