3

912 139 35
                                    


—¡Hijo! Tu carpeta —Sonreí agradecido a mi madre y besé su mejilla, guardé los papeles en mi bolso y me lo crucé mientras tomaba mi casco.

—¿Irás a algún lado?

—¡Ah! Abuela, pensé que te habías ido —Chillé al verla aparecer de la nada, ella rio divertida—. Hoy hay una conferencia política en la universidad, es una conferencia abierta y conseguí un espacio, por lo que saldré antes de la escuela para asistir.

—¡Éxito cariño! Recuerda que el truco es absorber la información y hacerla tuya —Asentí sonriente y corrí a montarme en mi moto.


Estuve todo el día ansioso por asistir pronto a la conferencia, no todos los días se te presentaba una oportunidad como esta, por lo que la aprovecharía lo mejor que pudiera para reunir datos necesarios, me haría cabida en la política así fuera lo último que haga, haría justicia para cada ser fallecido por culpa de la enseñanza retrograda de este mundo, cobraría todas y cada una.

Pero no contaba con la fea presencia de este sujeto, al entrar al salón de conferencias y esperar pacientemente por los ministros asistentes, jamás pensé identificar a uno de los guardias como mi progenitor, mi lobo automáticamente se alteró, en un estado completamente alerta, él no sabía que yo lo conocía, por lo que aproveché eso e ignoré por completo su mirada cuando logró identificarme dentro de la multitud, su mirada era muy pesada y alteraba a mi lobo, por lo que decidí esconder mi aroma y concentrarme en tomar notas de lo hablado y las preguntas que los ministros iban respondiendo, decidiendo por abstenerme esta vez de alzar mi mano para realizar mi pregunta, no quería hacerme notar, pero nuevamente mi lobo se alzó en alerta, cerré mis ojos intentando calmarlo pero no lo logré y lo impensado sucedió, mi lobo hizo un movimiento sutil y mortífero, que casi no noté, a pocos metros de distancia, el cuerpo de mi progenitor cayó en seco, parecía que mi lobo había secado sus pulmones de golpe, quitando todo rastro de oxígeno en su cuerpo, quedé en shock, eso no debería pasar, cuando mi lobo utilizaba sus habilidades dejaba en vista una bruma sutil y translúcida, dejando ver el uso de mis habilidades, pero esta vez... no fue así, había matado a alguien... mierda.

Salí del lugar rápidamente para poder subirme a mi moto y partir, necesitaba distraerme, mi lágrimas caían sin aviso bañando mi rostro en miedo por lo ocurrido, cuando vi un café a lo lejos, cambié de dirección rápidamente, estacioné mi moto, quité mi casco y limpie mi rostro intentando calmarme.


—Bienvenido ¿quiere una mesa o para llevar?

—Una mesa por favor

—Por aquí, esta es la carta de postres y esta es la de bebidas, con este timbre nos llama cuando decida que consumir —Asentí tomando los objetos y agradecí la atención. Me sentían tan mal y confundido, no lograba sentir pena por saber que estaba muerto, que lo había matado, lloraba por miedo de que se hayan dado cuenta que fue mi lobo.

—¿Estás bien? —Pegué un brinco y me giré a ver a la mujer que me había hablado, notando similitudes con la mesera.

—S-sí...

—Lo siento, te sentí alterado y angustiado, te traje este pastel al ver que no había pedido aún —Dijo amablemente mientras apoyaba un platillo con una porción de pastel de fresas y crema, mi favorito.

—Muchas gracias

—Sabes, a veces es más fácil hablar de lo que te acongoja con una desconocida —Bajé el pequeño tenedor y miré mis manos sintiendo ganas de llorar nuevamente.

—Y-yo...

—Este pastel lo creo mi hijo, tomó el clásico pastel de fresa y lo modificó para que tuviera distintos tipos de dulzor ¿crees que hizo bien? —Asentí tímidamente con una sonrisa—. Me gustaría que volviera, pero sé que está bien, me transmite tranquilidad por nuestro lazo familiar y con eso me conformo

Primer Ministro Omega - PJM/MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora